Los niños de la escuela infantil del campus, víctimas de continuos saqueos en su huerta
Por Oskar Viéitez
Nació como una actividad pensada para que los niños que residen en un entorno urbano tuviesen la oportunidad de ver crecer unas lechugas o de plantar con sus manos unos tomates. Sin embargo los alumnos de la escuela infantil del campus están aprendiendo otra lección inesperada, lo difícil que es el trabajo del agricultor ante los continuos saqueos de su huerta, situada a la entrada del centro.
Las educadoras de esta escuela infantil asisten perplejas a los constantes robos de la cosecha que los críos han ido plantando durante todo el año. Lechugas, tomates, alubias o pimientos que son sustraídos con total impunidad por los ciudadanos que pasean por el entorno de A Illa das Esculturas.
"Total por una lechuguita tampoco pasa nada", contestaba una señora al ser sorprendida en medio del huerto.
La cuestión es que hortaliza tras hortaliza la plantación desaparece y los niños se quedan con un palmo de narices.
Las educadoras han llegado a poner carteles, y los niños confeccionaron un pequeño "espanta-personas" para proteger su cosecha.
Ahora además de saber que los alimentos nacen en la huerta y no en el supermercado son conscientes de lo complicado que es trabajar en el campo.