Una de las acusadas del crimen de Chancelas pide salir de prisión hasta el juicio, a la otra le da igual
Por Mónica Patxot & Natalia Puga
Rocío Gondar González y Albertina Táboas Fernández llegaron este martes, poco antes de las 11.30 horas, al edificio de la Audiencia Provincial de Pontevedra en la calle Rosalía de Castro. Lo hicieron en dos vehículos policiales diferentes, una de ellas esposada y comiendo un Chupa Chups, la otra con las manos libres porque caminaba usando una muleta. Son las dos acusadas del crimen de Secundino P.A. en Chancelas en febrero de 2014 y acudían para que se revisase su situación actual, en prisión provisional desde su detención.
La vista de revisión de la prisión se celebró a puerta cerrada ante el tribunal de la Sección Segunda con la presencia de las dos procesadas, sus abogados defensores, el abogado de la acusación particular y la fiscal del caso, Carmen Novo. No hay todavía resolución, pero sí ha trascendido que mientras la defensa de Rocío Gondar pidió que no se prorrogase su situación de prisión provisional para que pudiese esperar en libertad la celebración del juicio por asesinato, la de la otra procesada no se opuso a que la Audiencia determine que debe seguir entre rejas hasta ese día.
Durante la vista, celebrada en el segundo aniversario del crimen, la Fiscalía y el abogado de la acusación pidieron al tribunal que sí que prorrogue su situación de prisión, pues entre otros motivos, faltan tan sólo dos meses para la celebración del juicio y ven que existe un elevado riesgo de que intenten fugarse de la Justicia. Recuerdan que una de ellas, Rocío Gondar, fue detenida cuando estaba preparando un viaje a la República Dominicana. Además, creen que, dada la elevada condena a la que se enfrentan, hay más motivos para que no salgan libres antes de que les juzgue un jurado popular en el mes de marzo.
El crimen se produjo en la madrugada del 2 al 3 de febrero de 2014 a las puertas de la casa de Secundino P.A. en Chancelas. El ancian, de 84 años, murió presuntamente tras recibir fuertes golpes en la cabeza con una sartén y un bastón. Las acusadas estaban en su casa porque Albertina Táboa era su cuidadora y Rocío Gondar una amiga suya que la acompañaba allí para pasar la noche. Presuntamente le esperaron en los accesos a la casa y le golpearon hasta matarle. El hombre intentó alertar de que le estaban asesinando y empezó a gritar, pero, para que se mantuviese callado, las dos presuntas homicidas le metieron un pañuelo en la boca.
Por este crimen también fue detenido inicialmente un varón, un vecino de Monte Porreiro que presuntamente mantenía una relación sentimental con una de las dos acusadas en el momento del crimen, pero hace escasos meses el Juzgado de Instrucción 2 de Pontevedra decidió levantarle la imputación y ya no deberá comparecer en calidad de imputado ante el jurado popular que juzgará los hechos. Este jueves, sin embargo, él también volverá a la Audiencia, en su caso, porque pide que el archivo provisional de la causa sea definitivo.