Tres toneladas de alimentos para el comedor franciscano
El padre Gonzalo Diéguez abría, este martes 23, las puertas del comedor de San Francisco antes de lo habitual para recibir al responsable de la Asociación Cultural O Torreiro de Forzáns, Antón Xil, junto al teniente de alcalde, Lino Muiños, y trabajadores de los supermercados Froiz. Así, hacían entrega de las tres toneladas de alimentos que rellenarán sus almacenes durante una buena temporada.
La asociación, que lleva nueve años colaborando con el comedor franciscano, recoge los alimentos durante los meses de diciembre y enero. Parte se recoge en el Festival de Nadal que realizan, aunque la gran mayoría son donaciones de los vecinos de las parroquias en materia de alimentos perecederos como arroz o garbanzos, entre otros. O Torreiro de Forzáns también acepta donaciones en metálico que ayudan a recolectar otro tipo de productos muy necesarios para el comedor como carne o aceite, y que se adquieren en supermercados Froiz. La empresa contribuye también en esta labor social en materia de distribución, junto con el concello de Ponte Caldelas, que pone a disposición de la asociación vehículos de transporte.
Ésta es una de las diversas colaboraciones que contribuyen a que los franciscanos puedan seguir realizando su labor social desde hace ya 28 años. El padre Gonzalo, que lleva al frente del comedor desde hace ocho años, destacó también la implicación de los pontevedreses, que ayudan mayoritariamente a través del cepillo ‘pan de los pobres’ o con la entrega también de alimentos perecederos. Aunque estos no son los productos más demandados, sino que principalmente se necesita fiambre, aceite o carne para condimentar las comidas y para los más de 100 bocadillo diarios que se preparan. Pero los alimentos no son las únicas donaciones que aceptan; alrededor de 20 personas colaboran cocinando o sirviendo a los comensales.
Gracias a ciudadanos, voluntarios, asociaciones y empresas colaboradoras, la Iglesia puede continuar realizando esta labor social alimentando a las cerca de 66 personas que llegan cada día a su cita habitual en el comedor. Algunas de ellas, tal y como expuso el padre Gonzalo, son personas jóvenes que viven en la calle, pero otras muchas son personas mayores que viven solas y subsisten con pequeñas pensiones.
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