El dueño de una discoteca pontevedresa niega haber abusado sexualmente de una camarera
Por Oskar Viéitez
El acusado Leonardo R.P. negó haber abusado sexualmente de una antigua empleada. Este hombre, que en aquel momento regentaba en Pontevedra la Discoteca Río Latino, defendió su inocencia ante la Sección Segunda de la Audiencia Provincial asegurando que en la madrugada del 7 de mayo del 2011 no estuvo con la camarera.
Según la versión facilitada por este empresario aquella noche llegó a su casa de Marín en taxi y aunque la presunta víctima, que también era vecina, estuvo en otras ocasiones en su domicilio, no la vió esa madrugada.
Respondiendo a la fiscal, Ana María Rivas, dijo "no encontrar ningún motivo, ninguna explicación" para que la chica le acuse de abuso sexual y afirmó que sentía "respeto" por la camarera con la que dijo "me llevaba bien".
Por su parte en una comparecencia a puerta cerrada, la mujer reiteró ante el tribunal su acusación manteniendo que se encontró con su jefe en el casco urbano de Marín sobre las tres de la madrugada. Que ella acababa de discutir con su pareja, "estaba desolada" y que el acusado la invitó a subir a su domicilio donde estuvieron charlando en su dormitorio.
Tras consumir ron con coca-cola, la joven se quedó profundamente dormida "debido a que era muy tarde y que no era el primer cubata que se bebía esa noche", apuntó la fiscal. Fue entonces cuando se habrían producido los abusos que le imputa la Fiscalía y que el empresario rechaza.
El Ministerio Público mantiene que la declaración de la chica es "verosímil"
La presunta víctima "se despertó mientras estaba siendo penetrada, no mostró oposición pero sí le llamó la atención y empezó a insultarle", según refirió la fiscal, Rivas Santaló, durante el juicio.
El Ministerio Público mantiene que la declaración de la chica es "verosímil" y sostuvo ante el tribunal que "no ha quedado ninguna duda de que se ha producido la agresión" por la "convicción, sinceridad y los detalles aportados en su testimonio mantenido a lo largo del tiempo" añadiendo que no existe "ningún móvil espúreo".
"Decidió denunciar, no por ella, sino para que no se repita", señaló la fiscal Ana María Rivas Santaló, que lleva la acusación. Como prueba la Fiscalía aportó un informe pericial en el que se acredita que algunos de los restos de semen recogidos en una braga de la mujer son del acusado.
La fiscal considera que estos hechos son constitutivos de un delito de abusos sexuales por que el que pide al tribunal que condene al procesado a seis años de prisión y a la prohibición de aproximarse a menos de 100 metros de su presunta víctima y de su domicilio y lugar de trabajo y de comunicarse con ella durante siete años. En concepto de daños morales, pide para el acusado que abone a la mujer una indemnización de 10.000 euros.