Las protestas de los usuarios de los locales culturales obligan a aplazar el pleno de Vilagarcía
Por Aitana Vidal & Anxo Lourido
PP e IVIL aprobaron, en medio de un ambiente de tensión y malestar, la ordenanza y el reglamento de utilización de los espacios culturales municipales de Vilagarcía. Y ante el jaleo y la música que rodearon el salón de plenos tras esta medida, el alcalde Tomás Fole, decidía suspender el pleno que deberá retomarse en un plazo de 10 días.
En esta ocasión, se volvió a llenar el aforo pero los agentes policiales no reclamaron la identificación de los asistentes al pleno. Más de un centenar de representantes de colectivos culturales, asociaciones y sindicatos ocupaban en el salón de plenos. Algunos portaban instrumentos musicales, otros lucían narices de payaso. En todos se palpaba el malestar ante la intención del gobierno local de aprobar un reglamento que establece precios para el uso de las instalaciones culturales que dependen del Ayuntamiento.
La intervención de Xurxo Abuín, el portavoz de 36 colectivos culturales que han firmado un manifiesto contra el reglamento obtuvo los primeros aplausos de los asistentes. El representante de las asociaciones se mostró indignado con la actitud del gobierno local y acusó al alcalde Tomás Fole de mentir y de no haber incluido las alegaciones presentadas al reglamento. Dos mujeres también increparon al alcalde desde las butacas del público.
Los portavoces de la oposición Juan Fajardo, Tania García y María Villaronga, apoyaron las reivindicaciones de los asistentes. El concejal de Cultura, Francisco González, intentó defender el reglamento sin éxito. Xurxo Abuín abandonó el pleno alegando que la aprobación de esta norma era un llamamiento a la rebelión social y, a partir de ahí, tanto los concejales de la oposición como la mayoría de los asistentes abandonaron el salón de plenos mientras gritaban 'dimisión'.
Mientras tanto, el equipo de gobierno alzaba los brazos para aprobar la polémica ordenanza.
Entre la crispación, integrantes de los colectivos comenzaron a tocar el himno gallego a las puertas del Concello y a continuación, entraron de nuevo en el edificio en un ambiente ensordecedor que impedía que la sesión plenaria continuase. Fue en ese momento cuando el alcalde decidió aplazar el pleno que tendrá que ser retomado en un plazo máximo de 10 días.