La hospitalización de la víctima obliga a suspender un juicio por dos violaciones la misma noche en Pontevedra
Por Natalia Puga
La Sección Cuarta de la Audiencia Provincial de Pontevedra ha aplazado tres semanas, hasta el próximo 25 de junio, el juicio previsto contra un pontevedrés por presuntamente haber violado a una persona especialmente vulnerable dos veces la misma noche, uno en las escaleras de acceso a la iglesia de San Francisco y otro en el parking de la plaza de Barcelos.
La víctima se encuentra hospitalizada, de modo que no pudo acudir al juicio y obligó a la suspensión. Además, se aprovechará esta hospitalización para evaluar si la mujer está en condiciones de comparecer en el juicio con todas las garantías, pues se trata de una mujer que padece esquizofrenia hebefrénica y trastorno de inestabilidad emocional tipo límite.
Ya en el año 2007 un juzgado de Pontevedra determinó que es "absolutamente incapaz para regir su persona y administrar sus bienes". Además, esta enfermedad le produce alteraciones de la afectividad, voluntad, pérdida de la iniciativa y pensamiento desorganizado.
El fiscal ya hace hincapié en su escrito de acusación en que la capacidad de la víctima para prestar un consentimiento, en cualquier circunstancia de su vida, está influido por su enfermedad. Además, sostiene que la noche de los hechos, en la madrugada del 6 al 7 de mayo de 2017, el acusado le facilitó bebidas alcohólicas hasta que comenzó a encontrarse indispuesta y dejó de ser plenamente consciente de las decisiones que tomaba.
Aprovechando su embriaguez y las limitaciones que habitualmente padece por su discapacidad, según la Fiscalía, el acusado la llevó a la plaza de la Herrería, la subió a rastras a la parte alta de las escaleras de la iglesia de San Francisco y, pese a su inequívoca y expresa negativa a mantener relaciones sexuales con él, la agarró, le quitó la ropa y la violó.
Mientras ocurrían esos hechos, según el fiscal, la víctima gritaba e intentaba sin éxito zafarse de él por su mayor corpulencia y por el estado en el que se encontraba. A continuación, la llevó hasta el aparcamiento de la plaza de Barcelos tirando de su bolso, la introdujo en una habitación y de nuevo la violó mientras ella pedía que la dejase, lloraba y chillaba.
El acusado estuvo en prisión provisional por estos hechos desde dos semanas después de los hechos hasta el 16 de octubre de 2017, esto es, 146 días. Desde que recuperó la libertad, se le impuso la prohibición cautelar de aproximarse a menos de 300 metros de su víctima, su domicilio, lugar de trabajo o cualquier otro que frecuente, así como la prohibición de comunicarse con ella por cualquier medio.
La Fiscalía considera que es autor de un delito de agresión sexual continuada y pide que sea condenado a trece años y medio de prisión y seis de libertad vigilada, así como la prohibición de aproximarse a menos de 300 metros de su víctima, su domicilio, lugar de trabajo o cualquier otro que frecuente, así como la prohibición de comunicarse con ella por cualquier medio, durante un tiempo superior en cinco años a la pena de prisión que se acuerde.
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