Una mujer confiesa que acosó durante cuatro años al primo de su marido muerto y asume seis meses de multa
Por Natalia Puga
Una mujer reconoció en el Juzgado de lo Penal número 1 de Pontevedra que entre finales de 2013 y julio de 2017 realizó distintas acciones dirigidas a "inquietar y alterar el normal desarrollo" de la vida del primo de su marido, un hombre que le ayudó económicamente cuando se quedó viuda y al que empezó a acosar al año siguiente con la "intención de menoscabar su tranquilidad".
La mujer, Giselly A.O., se sentó en el banquillo de los acusados como supuesta autora de un delito de acoso y, tras llegar a un acuerdo de conformidad con la Fiscalía, reconoció todas las acusaciones que pesaban sobre ella y aceptó una condena que implica el pago de una multa de 540 euros (seis meses a tres euros diarios) y una orden de alejamiento de su víctima.
El primo de su marido fallecido renunció a pedir una indemnización por el acoso sufrido, pero no a esa orden de alejamiento. La mujer no podrá acercarse a menos de 100 metros de él, su casa, su lugar de trabajo o cualquier punto en el que se encuentre y tampoco podrá comunicarse con él por ningún medido durante un año.
El origen de este caso que este jueves llegó a juicio en el edificio judicial de A Parda está en el fallecimiento del marido de la acusada en el año 2012. Tras enviudar y quedar en una difícil situación económica, el primo el que fuera su marido empezó a ayudarla y empezó a realizar tareas en su domicilio.
Según el escrito de acusación de la Fiscalía que la acusada reconoció como cierto, en el año 2013 el hombre le manifestó que no quería iniciar ninguna relación de tipo sentimental con ella y en ese momento empezó el acoso.
Tal y como ella reconoció, en varias ocasiones se presentó en su domicilio para decirle que le iba a denunciar por causarle malos tratos y en una de ellas se fue tras mojarla con una manguera. Además, se presentó en múltiples ocasiones en el lugar en el que él desempeñaba su trabajo y alguna vez revolvió el interior del furgón que utiliza. En junio de 2017 llegó a causar desperfectos en una de las ventanas de la casa del hombre, tratando de violentarla con una palanca y también atascó la cerradura de la puerta introduciendo pegamento.
El relato de los hechos incluye que al menos en dos ocasiones se presentó en su casa y procedió a verter aceite de una garrafa sobre el agua de la piscina y que en agosto de 2017 se presentó en su lugar de trabajo y le pidió dinero, diciéndole que iba a sacarle todo el dinero que tenía.
La Fiscalía sostiene que estas conductas han influido notablemente en el normal desarrollo de la vida ordinaria del hombre, obligándole en ocasiones a pernoctar en el domicilio de una de sus hijas o a abandonar los lugares en que se encontraba cuando ella aparecía, de modo que en julio de 2017 acabó denunciando en la Comisaría de la Policía Nacional y el caso acabó en el juzgado.