Bodas de plata en tiempos de pandemia: una pareja sustituye su celebración por una donación al Banco de Alimentos
Por Natalia Puga
El 27 de mayo Maricarmen y su marido cumplían 25 años casados y lo celebraron cenando mejillones, una copa de vino y sidra sin alcohol. No eran, desde luego, las bodas de plata que tenían en mente meses atrás, cuando llegaron a barajar hacer un viaje u organizar una fiesta con su círculo más cercano, pero desde que empezaron a rumiar cómo festejarlo hasta que llegó el día se cruzó en su camino una pandemia que lo alteró todo y, en su caso, hizo que su espíritu solidario imperase sobre las ganas de festejar un cuarto de siglo juntos.
No habían llegado a decidir cómo celebrarían los 25 años de su boda cuando se decretó el estado de alarma y la crisis sanitaria frustró todas las celebraciones públicas, de modo que dejaron a un lado cualquier posible festejo. Ahora que Galicia está ya a las puertas de la bautizada como 'nueva normalidad' y se han flexibilizado muchas de las restricciones, podrían retomarlo, pero creen que las bodas de plata están mucho mejor celebradas con una donación al Banco de Alimentos de Monte Porreiro.
El 27 de mayo hicieron esa celebración austera a base de mejillones y el dinero que tenían pensado gastar en una fiesta o en hacerse el regalo que la ocasión merecía lo han gastado en una gran compra en el supermercado que esta semana llevaron al Banco de Alimentos en su propio coche. Aprovecharon un día que su marido tenía libre en el trabajo para hacerla y compartir parte de la felicidad que ellos han sumado en los últimos 25 años con las personas a quiénes la pandemia ha vaciado la nevera.
La fórmula elegida para celebrarlo refleja un espíritu muy altruista de esta pareja de vecinos de Pontevedra, pero Maricarmen le resta importancia y ni siquiera era partidaria de contar su historia. Muy pocas personas la conocen y no quiere ni que trascienda su identidad completa porque lo único que les mueve es ayudar a los más desfavorecidos.
La idea surgió sin más. "Estábamos un día en casa y dijimos: ¿qué nos regalamos? Como estábamos confinados y perdidos porque, además, lo íbamos a celebrar los dos solos, que mi hijo estaba fuera, mi marido dijo: ¿qué te parece una donación para el Banco de Alimentos? Ellos lo necesitan y nosotros no necesitamos nada".
A su marido le salió de forma natural y a ella no pudo parecerle mejor idea. Es una mujer muy solidaria y es habitual que participe en donaciones o recogidas de alimentos y, siempre que le propone algún gesto altruista a su marido, él la apoya, pero en esta ocasión incluso ha salido de él la idea.
De esta forma, la pandemia había llevado al traste todo lo que había proyectado, "se nos rompieron los esquenas", pero la celebración será igualmente inolvidable. No olvidarán la sensación que sintieron cuando fueron llenando el carro de comida que sabían que para muchos supondrá poder alimentar a su familia todo el mes y no pasar hambre ni lo que sintieron cuando vaciaron el coche y fueron conscientes de la importancia de su gesto.
Su marido incluso sintió más emoción de la habitual. "Él siempre me dice: como tu quieres, como tu veas. Pero esta vez se le ocurrió a él y, como se involucró tanto, se emocionó". A sus poco más de 50 años, le embargo la emoción de saberse útil.
En las bolsas de la compra metieron productos no perecederos como aceite, pasta, aceitunas, zumos, garbanzos, lentejas, alubias, galletas, latas de atún o botes de tomate, pero como, en el fondo, era una celebración, también incluyeron alimentos para festejar y pensando en los más pequeños de la casa.
A Maricarmen le llegó al alma una frase leída en los últimos días en redes sociales. "Los niños no van a merendar lentejas. Nunca se me había ocurrido y cuánta razón tiene", pensó. Y metió en el carro también chocolate y galletas rellenas de chocolate porque "también hay que darles mimos a los niños", no solo comida.
Además, para ahondar en esos beneficios que su regalo de bodas de plata tendrá en la sociedad pontevedresa, todo lo compraron en un negocio de la ciudad. No sonaron campanas de boda, pero sí de solidaridad.
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