Cinco años de prisión por drogar a su hijo de 13 años e intentar matarlo con una bombona de butano
Por Natalia Puga
Se llevó a su hijo de 13 años a una habitación de hotel, le dio anfetaminas y benzodiacepinas para dormirlo y abrió una bombona de butano que se había llevado de casa. Su intención era acabar con su vida y con la de su hijo, pero el objetivo se truncó porque envió mensajes de despedida y, al recibirlos, sus familiares y la Guardia Civil se dirigieron al hotel.
Los hechos acaba de declararlos probados la sección segunda de la Audiencia Provincial de Pontevedra y, por ellos, una mujer acaba de ser condenada a cinco años y tres meses de prisión como autora de un delito de asesinato en grado de tentativa con la agravante de parentesco.
La sentencia condenatoria se ha dictado con la propia conformidad de la acusada e incluye la prohibición del derecho a ejercer la patria potestad durante esos cinco años y tres meses y el pago de una indemnización de 800 euros a su hijo.
Todo ocurrió sobre las 22.30 horas del 27 de junio de 2018 en un hotel situado en la carretera N-550 en Vilaboa y se resolvió en noviembre de 2020, si bien hasta esta semana no ha trascendido. La sentencia judicial ya es firme y no cabe recurso.
El relato de hechos probados, que la propia mujer reconoció, detalla que, cuando estaban en la habitación, le dio a su hijo anfetaminas, que él ya tenía diagnosticadas por un trastorno TDH, y benzodiacepinas con el objetivo de que se durmiera "más rápidamente".
Cuando se quedó dormido, ejecutó un plan que "había pensado detalladamente" con la "clara intención" de terminar con la vida de ambos y colgó en las escaleras y la puerta de acceso a la habitación carteles que ella misma había elaborado y que decían "Peligro. Entren con mascarillas. Abrí una bombona de butano".
A continuación, y tal como ella reconoció, abrió el gas de la bombona de butano, que ella misma había llevado hasta la habitación del hotel. Después, envió varios mensajes de despedida a sus familiares. Fue la recepción de esos mensajes y el traslado de esos familiares y de la Guardia Civil al hotel, lo que impidió "el resultado fatal buscado por la procesada".
Su hijo llegó a sufrir daños, pero escaso alcance, una leve intoxicación de gas butano (monóxido de carbono) y sumisión química a benzodiacepinas y anfetaminas, que obligaron a que fuese sometido a oxigenoterapia. No le han quedado secuelas.