Una menor confirma en un juicio en la Audiencia que el novio de su madre abusó de ella: "Estoy intentando olvidar esto todos los días"
Por Natalia Puga & Mónica Patxot
La sección segunda de la Audiencia Provincial de Pontevedra ha dejado este jueves visto para sentencia un juicio que sentó en el banquillo de los acusados a un pontevedrés acusado de abusar sexualmente de la hija de su pareja cuando tenía entre 13 y 14 años. Mientras el acusado mantuvo su inocencia, la víctima se reafirmó en las acusaciones y los forenses concluyeron que su relato es creíble y que presenta síntomas "compatibles con un abuso sexual".
Los hechos que este jueves llegaron a juicio ocurrieron en una localidad del sur de la provincia entre marzo y julio de 2017, en una época en la que la menor vivía con su madre y su pareja tras haber pasado por el hospital porque sufría amnesia disociativa. La custodia de la menor correspondía al padre, pero, tras una hospitalización en el mes de febrero, pasó una temporada viviendo con su madre y el acusado.
La menor declaró por videoconferencia y relató que los episodios de abusos empezaron alrededor de un mes después de su salida del hospital. Hasta ese momento se llevaba bien con la pareja de su madre, "no como un padre, pero como alguien de la familia", pero un día, estando en el sofá, empezó a realizarle tocamientos. Esa fue la primera vez y, a partir de ahí, ocurrió "muchas veces".
La mayoría de esos tocamientos se los realizó estando en el sofá, pero también confirmó un episodio en el coche de él y otro estando ella en la cama. Solía tocarle la zona del pecho y también la de la vagina, habitualmente por encima de la ropa, pero en alguna ocasión también por debajo de la ropa interior.
La menor desconoce si su madre noté alguno de esos abusos, pero ella sí se lo contó y tiene la impresión de que no le creyó. A continuación, se lo contó también a una amiga de la familia, a la que llamaba madrina y que fue la persona que acabó denunciando los hechos.
En momentos de su declaración, la joven se echó a llorar, en especial cuando recordó que un día el acusado reconoció que le había tocado un pecho y que ella le dijo que le perdonaba si no volvía a ocurrir. Otro de los momentos en los que acabó llorando fue cuando reconoció a preguntas de la defensa que no era capaz de recordar "exactamente" todos los episodios y que era algo que intentaba olvida. "Estoy intentando olvidar esto todos los días".
El acusado negó todos estos tocamientos, que la Fiscalía califica de delito continuado de abusos sexuales a menor de 16 años con la agravante de parentesco y pide al tribunal que supongan una condena a seis años de prisión; la prohibición de aproximarse a la menor, a su domicilio o cualquier lugar frecuentado por ella, dentro de un radio de 500 metros, durante 7 años; e inhabilitación para cualquier profesión u oficio, sea o no retribuido, que conlleve contacto regular y directo con menores de edad durante tres años después de salir de la cárcel.
Además, este jueves, tras la celebración del juicio, la fiscal cambió su acusación inicial, pidió que se le imponga la pena de 10 años de libertad vigilada y elevó de 8.000 a 20.000 euros la indemnización a pagar a la menor en concepto de daños morales.
En su relato, el acusado también negó haber reconocido en algún momento algún tocamiento y llegó a afirmar que, aunque la niña vivía en su casa, coincidían "poco tiempo".
Tampoco la madre de la menor y todavía pareja del acusado reconoció esos tocamientos. En su declaración ante el tribunal explicó que tan sólo en una ocasión su hija le relató que, mientras jugaba con el acusado, este le había tocado un pecho, pero lo atribuyó a un tocamiento sin intención durante un juego. Añadió, además, que su hija era la que jugaba con el acusado sin que aparentemente mostrar disgusto por ningún comportamiento.
Las forenses que analizaron a la menor concluyeron que su relato es "creíble" y relataron que la hospitalización de la niña fue porque sufrió un episodio de amnesia disociativa, un "mecanismo de defensa del cerebro para olvidar situaciones de estrés muy intenso". Son situaciones que suelen darse tras episodios de abusos y, además, ella presenta un cuadro "compatible con abusos", que "encaja perfectamente" con que fuese víctima de abusos.
Una de las especialistas indicó que la niña no recordaba nada previo a esa hospitalización y también indicó que pese a que presentaba este diagnóstico sus padres no siguieron las citas pautadas con especialistas en salud mental, tan solo la llevaron a un privado, y no recibió ningún tratamiento "porque no la vio ningún psiquiatra".
La amiga de la familia que denunció los hechos relató que la niña se los relató y llegó a enviarle audios en los que se recogían y también declaró que un día tuvo un encuentro con el acusado y la madre de la joven en la que la niña le dijo al procesado que le perdonaba y la madre le explicó que ella ya le "paraba la mano", añadiendo, "¿yo qué quieres que le haga más?". Aunque ella no presenció ningún episodio, sí creyó a la menor.