La búsqueda de Manuela Barbosa se amplía a Pontevedra y Marín tras 15 días desaparecida
Por Natalia Puga & Cristina Saiz
Este martes 27 de julio se cumplen 15 días desde que se perdió la pista a Manuela Barbosa, vecina de Redondela de 66 años a la que se vio por última vez en Arcade (Soutomaior) el pasado 13 de julio. Coincidiendo con estas dos semanas de ausencia, sus hijas decidieron ampliar su búsqueda y empapelaron las calles más concurridas de Pontevedra y Marín.
La familia de Manuela pegó carteles "en sitios concorridos de zente" y también recorrieron comedores sociales, albergues y refugios para preguntar por ella por sí alguien tiene noticias de su paradero.
Las hijas de la desaparecida piensan que "a zona de Arcade e Soutomaior está máis que rastrexada e perimetrada", por eso amplían la zona de búsqueda. Las autoridades policiales que organizan su busca continúan centrada en Arcade y la parroquia pontevedresa de Ponte Sampaio, donde llevan 15 días realizándose batidas y labores de rastreo, pero ellas consideran que es el momento de cambiar.
Según explican sus hijas, Raquel y Ana, tienen sospechas de que algún conductor la pudo trasladar hasta Pontevedra en coche porque a ella le gustaba mucho ir de compras y pudo querer ir para comprar algo para su nieta. Esa persona que la llevó de manera voluntaria es posible, según sus hijas, que no sepa que está desaparecida, de ahí que quieren llenar la ciudad con sus fotos.
La familia decidió realizar estas acciones por iniciativa propia, aunque antes también se lo comentaron a las autoridades. La Guardia Civil y también la Policía Nacional y Protección Civil continuarán centrados en la zona de Arcade porque allí fue vista por última vez en la zona del restaurante Avenida y porque se pudo rastrear su teléfono móvil y dejó de emitir señal por esa zona.
"Despois de 15 días, todas as batidas e todo o que están buscando as autoridades e non atopan, nós dicimos: hai que ampliar, non nos podemos quedar nun punto", explican.
Manuela llevaba su teléfono móvil con ella y dejó de dar señal cuando llevaba tres días desaparecida. Aunque vivía en Redondela, solía ir a Arcade para ver sus hijas y allí se le perdió la pista.
Las hijas hacen un llamamiento para que las personas que tengan alguna pista se la hagan llegar a las autoridades e indican que su madre es rubia y delgada y el día que desapareció llevaba un vestido amarillo con flores y un bolso de paja.