Juzgan a puerta cerrada a un padre acusado de abusar sexualmente de su hijo de nueve años en un bar
Por Natalia Puga
La sección segunda de la Audiencia Provincial de Pontevedra ha juzgado este jueves a puerta cerrada a un vecino de la comarca de Caldas acusado de abusar sexualmente de su hijo de nueve años cuando ambos estaban sentados en la silla de un bar ante varios testigos.
El juicio quedó visto para sentencia y, al término de la sesión, la Fiscalía mantuvo sus acusaciones iniciales. Lo considera autor de un delito de abuso sexual a un menor de 16 años agravado por el abuso o prevalimiento de la relación de parentesco y pide que que sea condenado a la pena de cuatro años y seis meses de prisión y otros cinco años y medio de inhabilitación especial para el ejercicio de la patria potestad.
El fiscal también pide a la Audiencia que le imponga la medida de libertad vigilada de siete años tras salir de prisión, que implicará la prohibición de aproximarse a la víctima y de comunicarse con él y la obligación de participar en un programa de educación sexual.
Con ánimo de proteger al menor, el juicio se celebró a puerta cerrada y también se evitó el contacto directo del niño con su padre y acusado. Además, el fiscal quiere que el tribunal condene al progenitor con una orden de alejamiento o de prohibición de aproximarse a una distancia inferior a 300 metros del menor, su domicilio, su centro o lugar de estudios o, en el futuro, su eventual lugar de trabajo o de cualquier lugar en el que se encuentre. También pide que no pueda comunicarse con él por cualquier medio, ya sea verbal, directo, escrito, postal, telefónico, telegráfico, telemático o informático durante seis años y medio.
El escrito de acusación recoge que los hechos que se juzgaron este jueves ocurrieron hace dos años, el 5 de septiembre de 2019. Sobre las 21:00 horas el padre y su hijo se sentaron en unas sillas de un local de la zona de Caldas y permanecieron allí durante unos 20 minutos en los que el hombre presuntamente realizó el comportamiento indebido.
Así, según el fiscal, el acusado introdujo la mano por dentro de la ropa interior del niño y le tocó los genitales en varias ocasiones. Además, le dio besos en el cuello de forma constante, hasta que se dio cuenta de que estaba siendo observado por las personas allí presentes y abandonó el bar en compañía de su hijo menor.
El fiscal sostiene que actuó "con el evidente ánimo de satisfacer sus deseos lúbricos o de naturaleza sexual y sin importarle el menoscabo que tal acción pudiera suponer para la indemnidad sexual de su hijo" y pide que lo indemnice 900 euros.