Una guarida con dos camas y mucha comida para custodiar 2.500 plantas de marihuana en Mourente
Por Natalia Puga & Mónica Patxot
En la tarde del martes, agentes del grupo 2 de la Unidad de Droga y Crimen Organizado (UDYCO) de la Policía Nacional de Pontevedra entraron en una nave de Mourente. Llevaban meses investigando a un grupo que cultivaba y comercializaba marihuana y les faltaba entrar en el lugar de cultivo para culminar la operación. Una vez dentro, les sorprendió el tamaño de la plantación y todo el montaje que tenían preparado tanto para cultivar como para custodiar la nave.
Así, según ha podido saber PontevedraViva, la plantación tenía alrededor de 2.500 plantas de marihuana, una cifra sin precedentes en la ciudad de Pontevedra, y la tenían montada hasta el mínimo detalle, con lámparas de gran potencia -sorprende el tamaño de las bombillas, que puede verse en la foto que acompaña esta información-, ventiladores y todo un sistema de riego e iluminación.
El sistema montado garantizaba, según fuentes consultadas, tener cuatro cosechas de marihuana a año. Gracias al buen trabajo policial, no lograron culminarlas, pues meses de investigación dieron sus frutos y esta semana se ha dado por desmantelada.
Los responsables de la plantación llevaban en estas instalaciones desde el pasado mes de mayo, medio año en el que los vecinos del pueblo no se habían percatado de nada sospechoso. Este miércoles, mientras los policías y operarios de la empresa Tragsa desmantelaban la plantación, salía un fuerte olor a marihuana que se olía a varios metros de distancia, pero hasta este momento nadie lo había percibido porque utilizaban filtros de aire para evitar que saliese al exterior.
Esos filtros eran una pieza más del complejo sistema de cultivo que tenían establecido en esta nave de A Bouza, en Mourente, en las inmediaciones de la iglesia y el cementerio parroquial, en la que tenían dos plantaciones diferenciadas y un semillero.
El complejo sistema consumía gran cantidad de electricidad que ellos tenían pinchada, esto es, conectada directamente al alumbrado público para evitar pagar por la energía consumida y también tener consumos elevados que pudiesen levantar sospechas.
La nave era una antigua fábrica de pantalones y batas que lleva años cerrada y que, desde el exterior, estaba aparentemente abandonada. Tenía las ventanas tapiadas y rejas, pero, en realidad, dentro la actividad era continua durante todo el día.
De hecho, los responsables de la plantación tenían incluso una guarida en la que vivir las 24 horas del día para cuidarla. En la zona delantera de la nave tenían un habitáculo preparado con dos camas y con una amplia despensa llena de comida en conserva, pan de molde, café, cola-cao, leche, azúcar y otros alimentos no perecederos que les garantizaba estar bien alimentados durante una larga temporada sin necesidad de salir de la nave.
Eran los guardeses y este martes fueron detenidos. En la operación hubo un tercer detenido ya y este miércoles la operación sigue abierta y no se descartan más detenciones.
Tras la detención el martes y desmantelamiento de la plantación el miércoles, los agentes de la Policía Nacional recogieron toda esa comida que localizaron en la nave y tienen pensado donarla a Cáritas para evitar que se pierda y, al menos, darle un buen uso a pesar de estar relacionada con el tráfico de marihuana.
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