Arjen dice adiós a su panadería: "mejor parar y empezar a disfrutar de la vida"
Por María José Pita
El pasado mes de mayo, PontevedraViva publicaba el llamamiento de Arjen Jaarsma para evitar el cierre inminente de su obrador artesano.
En apenas diez días, este maestro panadero holandés afincado en Galicia desde hace 30 años conseguía su objetivo: aumentar los pedidos y con ello reflotar su empresa, Pandarán Horno Integral.
"En el mes de mayo los pedidos aumentaron un 25%, lo justo para quedar a pre", manifiesta Arjen Jaarsma en conversación telefónica desde su obrador en el Polígono do Racelo (A Lama). Pero desde entonces "hubo tres meses que fueron igual de malos, y octubre y noviembre fueron muy malos, así que decidimos cerrar porque yo ya estaba muy cansado de todo". Esta decisión la hacía pública en las redes sociales el pasado domingo, aunque ya un mes antes había informado a sus clientes y proveedores.
La subida de los precios de las materias primas y de la energía ha sido una merma en los últimos tiempos, pero la principal razón de este cierre se encuentra en la bajada de las ventas, con la que Arjen lleva peleando los últimos cinco años, cuando tuvo que despedir a su compañero en el obrador y asumir en solitario tanto el horno como toda la parte administrativa y logística de la empresa, incluidos algunos repartos.
"Sobre todo es que no da, si diese mucho dinero contrataba a más gente y lo podía tener más relajado, como no da, debo trabajar mucho y no veo un horizonte de que esto va a mejorar, mejor parar y empezar a disfrutar de la vida".
Pese a este cansancio, Arjen quiere cerrar la empresa de un modo ordenado. El mensaje del pasado domingo tenía un doble sentido: por un lado, dar una oportunidad a la clientela para que encargue los últimos panes y, por otro, recordar que "si para las personas son importantes los pequeños productores, que consuman consciente".
Arjen hace un llamamiento a la población para que compre en tiendas locales. "Yo trabajo sobre todo con pequeño comercio y se dejó de vender mucho. Tengo una clientela muy fiel pero no me llega", se lamenta. "Es la gran dificultad en muchísimos pequeños comerciantes, sobre todo si llevan años yendo muy justito, que ya no tienen colchón y lo pasan muy mal. Después hay otros que aguantan porque no tienen alternativa".
Arjen calculaba que, una vez anunciado el cierre, en esta última semana se incrementasen los pedidos "un 20% más de venta que una semana normal, y estamos al 50% más que lo normal y no doy abasto, lo estoy haciendo todo solo". Por eso esta semana está siendo especialmente dura. Este jueves será el último reparto en la ciudad de Pontevedra y alrededores.
Con respecto al futuro inmediato, el maestro panadero reivindica que "las nuevas normativas deberían ser mucho más amables con el pequeño negocio que cierra y lo quiere cerrar por las buenas" ya que, una vez marcada en el calendario la fecha de cese de actividad y acogido a un preconcurso, aún le esperan meses de gestiones. "En tres o cuatro meses espero tener todo liquidado, todo bien. Hay negocios que pueden cesar su actividad y cerrar, pero solo si tienes mucho dinero, si no, para hacer bien el cierre necesitas dejar pasar unos meses".
La próxima semana se cierra la producción pero "la empresa sigue funcionando hasta que esté todo liquidado, debemos empezar a buscar compradores para todo lo que tenemos".
Arjen Jaarsma ha sido testigo del cierre de muchas tiendas a las que suministraba, por eso nos brinda una reflexión final: "no se puede cerrar una empresa en falso, hay mucho dolor, tengo un amigo que se fue por las malas y diez años después sigue con juicios. Por eso es muy complicado el cierre para las pequeñas empresas, porque si cierras mal, diez años después estás hipotecado".