Personal de ENCE dona juguetes para 116 escolares al Banco de Alimentos de Monte Porreiro
Por Redacción
A las 10.00 horas de la mañana, un taxi cargado de regalos empaquetados llegaba a la puerta del Banco de Alimentos de Monte Porreiro. Allí esperaba Carlos Diéguez, responsable de esta entidad solidaria, junto a las voluntarias María Rey y Marga Soliño para ayudar en la recogida de estos regalos donados por trabajadores de Ence.
Estos regalos se distribuirán entre familias con menos recursos para que se entreguen durante estas fechas a 116 niños y niñas, con edades comprendidas entre uno y once años. Se trata de una colaboración entre personal de Ence y el Banco de Alimentos que se prolonga en el tiempo ya que en 2021 también apoyaron con regalos, alimentos y una cantidad económica a esta iniciativa de ayuda al barrio. "Llevan una temporada portándose genial con nosotros", expone Carlos Diéguez, también presidente de la asociación vecinal O Mirador.
Desde esta organización reconocen que la crisis está afectando en el barrio debido al aumento del coste de la vida. "Hoy ir al supermercado con cincuenta euros prácticamente no te da para abrir la puerta y los salarios no suben", se lamenta Diéguez cuando explica cómo las familias recurren al Banco de Alimentos para poder llegar a fin de mes.
El momento más crítico para el responsable del Banco de Alimentos se vivió como consecuencia de la pandemia y la proliferación de ERTEs en las empresas. En los meses más duros repartieron más de 200 paquetes de comida cada quince días en este entorno.
Carlos Diéguez, responsable del Banco de Alimentos de Monte Porreiro: "Ojalá no fuese necesario pero, por desgracia, sí lo es"
Durante estos días también están trabajando intensamente. Este jueves repartieron 126 paquetes con alimentos para estas fiestas navideñas desde primeras horas de la mañana y hasta bien entrada la tarde. "Tenemos colaboradores particulares fantásticos. La única pena es que no le puedo agradecer personalmente la ayuda porque no quieren", afirma Diéguez para explicar que, por ejemplo, recibieron una llamada de la residencia de mayores Domus VI indicando que una señora había dejado 50 euros de donación al Banco de Alimentos. "No sabes quién es y sales de allí con las lágrimas en los ojos", reconoce sorprendido con estas acciones solidarias de carácter anónimo.
"Ojalá no fuese necesario pero, por desgracia, sí lo es", explica mientras comienza a descargar paquetes del vehículo de un taxista que también colabora con este organismo de manera desinteresada sin cobrar el transporte de estos productos que ayudan a la economía de familias de Monte Porreiro. El Banco de Alimentos cuenta con ocho personas voluntarias que realizan los trabajos de organización y reparto de las donaciones que reciben con la intención de que, en estas fechas, las familias del barrio se olviden de los golpes caprichosos de la crisis.