Diego Álvarez, educador canino: "El olfateo es para los perros como nuestra caña, nuestro cine o nuestro paseo en pareja"
Los problemas más importantes que puede presentar un perro, a nivel de comportamiento, son el miedo y el estrés. Dos cuestiones que, por lo general, van unidas. Así lo ha explicado el educador canino Diego Álvarez, uno de los participantes de la I Feira Galega da Mascota.
"El estrés no es ni bueno ni malo, sino necesario. Los animales lo utilizan para poder adaptarse al medio", sostiene el responsable de la firma Kesar's. Pero el problema surge, según este experto, cuando ese estrés "no es gestionable por el animal".
Si el acompañante humano del perro no logra rebajar ese nivel de estrés, según Álvarez, puede convertirse en estrés agudo, en estrés crónico e incluso en indefensión aprendida, "algo muy parecido a la depresión humana".
Aunque puede ser un estrés positivo por una "alegría excesiva", lo cierto es que todo suma y puede provocar conductas como romper cosas en casa, ladridos excesivos, perseguir objetos en movimiento, orinar en exceso, comportamientos obsesivo, vómitos o hiperactividad.
Hay además "signos menos evidentes" como sacudirse si no está mojado, relamerse el hocico si no acaba de comer o bostezar si no es por sueño. Son las señales de calma, "la forma más silenciosa que tienen para comunicarse" y que a los humanos "más nos cuesta interpretar".
Diego Álvarez aconseja que, para que el animal no se estrese, "básicamente hay que dejarle ser perro", dándole una alimentación sana y no utilizando ningún "método aversivo", no sobreexcitarle o no estimularlo en exceso lanzándole pelotas o palos.
"Con el ejercicio físico no se cansan los perros, se activan y se estresan, pero no se cansan aunque al principio lo parezca", afirma este educador canino, que también recomienda evitar interacciones inadecuadas, especialmente los abrazos.
Respecto al paseo, Álvarez sugiere emplear un arnés en forma de H que no le oprima ninguna zona sensible del cuerpo, una correa larga de 3 metros o más (que le permita alejarse si tiene miedo), que dure un tiempo adecuado (es igual de malo pasarse que no llegar), y sobre todo, dejarle que olfatee "como él quiera, dónde él quiera y el tiempo que necesite".
"El olfateo es para los perros como nuestra caña, nuestro cine o nuestro paseo en pareja", subraya el colaborador del programa Podcans de PontevedraViva Radio, que defiende tener en cuenta el descanso de los perros, entre 12 y 16 horas al día, respetando esos momentos.
A la pregunta de cómo bajar el estrés una vez causado, el educador apunta fórmulas como el olfateo con un sembrado de premios en el suelo de casa, por ejemplo,
Los juguetes interactivos o mentales pueden divertirles o entretenerles en un momento dado, pero no suelen rebajar el estrés, sino aumentarlo.
Al final de su charla, Diego Álvarez no dudó en afirmar que los que causamos más estrés en los perros somos los humanos. "No sólo porque les contagiamos de nuestro estrés, sino porque no les dejamos ser perros", sentenció.