La ferretería que revivirá como churrasquería: "Queremos que los fantasmas que viven en el edificio estén cómodos con esta nueva vida"
Queda medio año para que la nueva propuesta gastronómica de Pepe Vieira abra sus puertas en Pontevedra, pero este viernes el cocinero ha querido mostrar un pequeño aperitivo de lo que, a finales de noviembre si se cumplen sus previsiones, será la Churrasquería Varela.
La antigua ferretería, toda una referencia en la Plaza de Curros Enríquez, disfrutará de una nueva vida convertida en restaurante. En plena obra de rehabilitación, que avanza a un gran ritmo, Vieira ha querido mostrar los detalles de un proyecto "que me ilusiona mucho".
Durante el recorrido por el edificio, Pepe Vieira ha ido explicando el concepto que tendrá su nuevo restaurante, con las brasas y el fuego como hilos conductores. "Queremos volver al punto cero de la cocina, el fuego", ha señalado su responsable.
Será una apuesta por una cocina "bastante directa" en la que no haya elaboraciones largas y todo sea "muy puro", respetando el producto que, principalmente, será de origen gallego.
Lo que también tenía claro era el nombre. Nada de asador ni "steak-house". Lo suyo será una churrasquería. "Es un concepto muy de aquí, de nuestra tierra", ha sostenido Vieira, dirigido a todos los públicos. Tendrá, por lo tanto, precios al alcance de todos los bolsillos.
"Ya tengo un restaurante de nivel y me gusta que los demás proyectos que voy sacando tengan otro concepto", ha subrayado. En este caso, además, mantendrá el apellido original "Varela" en su denominación, para lo cual pidió permiso a sus anteriores propietarios.
La planta baja, que cuenta con una gran altura, estará dividida en dos grandes espacios. Habrá una amplia terraza interior, a modo de soportales, que estará comunicada con la terraza exterior "creando una transición cómoda en la zona de entrada", según Pepe Vieira.
Para reforzar un ambiente "más informal" habrá además una zona con mesas altas, en donde se podrá comer de una manera más relajada que en el comedor principal, situado en la segunda planta, la "zona noble" del edificio, en donde estaban las oficinas de la ferretería.
Entre ambos comedores estará la cocina, un espacio diáfano que se podrá ver desde la calle. Contará con una línea de brasas, un horno de leña, una zona central de servicio, una línea de cocinado y un área para el despiece de la carne y el pescado.
El comedor principal tendrá una capacidad para unos noventa comensales, que se sumarán a las cien plazas que habrá en la planta baja. Compartirá espacio con una bodega y vinoteca, una zona acristalada con vistas hacia el exterior en la que también se organizarán catas.
Conservar la historia del edificio será una constante en todo el inmueble, respetando las estructuras originales y restaurando el mobiliario de la antigua ferretería, la mayoría en madera de castaño, para darle una segunda vida como equipamiento del restaurante.
El ático del inmueble, por su parte, también será restaurado aunque, por el momento, no tendrá un uso definido más allá de destinarlo a almacén y bodega. Pero, según Pepe Vieira, "algo terminaremos haciendo en él, eso seguro".
Todas las diferentes zonas del futuro restaurante estarán unidas por escaleras, que pasarán también por la cocina, pero para garantizar la accesibilidad habrá un ascensor desde la planta baja hasta el espacio en el que estará el comedor principal.
Respetar el aura industrial de la ferretería ha sido, desde el primer momento, la obsesión del cocinero pontevedrés. Querían, según ha bromeado, "que los fantasmas sigan viviendo en el mismo edificio y estén cómodos con lo que hemos pensado para esta segunda vida".
"Que se siga respirando ese ambiente industrial pero ahora siendo restaurante", ha resumido.
RAFA VARELA: "PARA MÍ ES UNA ALEGRÍA QUE LO HAYA COGIDO PEPE"
El propietario de la histórica Ferretería Varela, Rafa Varela, no podía ocultar su emoción al recorrer de nuevo un edificio "en que viví toda mi vida", ya que cuando era un niño ya acompaña a su padre en sus largas jornadas de trabajo.
"Para mí es una alegría que lo haya cogido Pepe. Estoy muy contento", ha explicado ante los medios de comunicación. Aunque vaya a ser un concepto distinto al de su antiguo negocio, que cerró sus puertas en 2016 tras más de ochenta años de actividad, "me gustará verlo".
Asegura que, de cara a esta renovación, "no le pedí nada a Pepe" porque éste, desde el primer momento, le garantizó que el espíritu de su añorada ferretería seguirá estando muy presente, especialmente "porque los muebles de toda la vida vayan a seguir estando aquí".
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