Vecinos de la Rúa Tablada se sienten "ninguneados" por el Concello y temen quedarse sin gas
Por Alejandro Espiño
Cuarenta familias de la Rúa Tablada están en un sinvivir. Se sienten "ninguneados" por el Concello y temen que, en apenas unas semanas, puedan quedarse sin suministro de gas. Es decir, sin agua caliente en sus dos bloques de viviendas.
El origen de esta situación está en las obras para descubrir el río Gafos y, en su caso en concreto, con el proyecto para crear una pasarela de madera en el tramo entre General Rubín, la Rúa da Tablada y Rosalía de Castro, obras que se están ejecutando actualmente.
Esta actuación se vio retrasada por la existencia de un depósito de gas que, desde el año 1995, da servicio a estos dos edificios. El Concello, en su día, les otorgó la correspondiente licencia.
No fue hasta mucho después, en 2012, cuando les notificaron que ese depósito estaba en terreno público. "Nosotros hasta pagamos una valla para protegerlo y nos encargamos de limpiar toda la zona de manera periódica", sostienen los vecinos afectados.
El tema no generó problema alguno hasta que se impulsó el proyecto para renaturalizar el cauce del río que discurre paralelo a sus viviendas. El depósito dificultaba la ejecución de un proyecto "con el que estamos de acuerdo porque nuestras viviendas se revalorizan".
Los afectados, con el visto bueno de los técnicos municipales y de la compañía suministradora del gas, Gas Natural, diseñaron una solución. Retirar el depósito y situarlo junto a la entrada del garaje del edificio, ocupando apenas doce metros cuadrados.
El acuerdo con el anterior responsable del proyecto, el edil socialista Iván Puentes, parecía cerrado. Pero con el cambio de gobierno las cosas han cambiado. Desde el servicio municipal de Patrimonio les niegan ahora que esta solución sea factible e instan a la retirada de depósito.
Ante esta situación, Gas Natural les ha remitido a los vecinos un burofax. Deberán decidir si se pasan a la red de gas natural, lo que les inflará su factura un 30%, según los cálculos de los afectados, o el próximo 4 de agosto les cortará el suministro de gas y agua caliente.
"Si los técnicos estaban de acuerdo, ¿qué ha cambiado?", se preguntan los vecinos, que consideran que detrás de esta decisión hay motivaciones políticas. Recuerdan además que hay precedentes en la ciudad de un uso privativo del espacio público, como el que solicitan ellos.
Además, lamentan que el Concello "no negocie" con ellos y, desde luego, niegan que se haya llegado a un acuerdo para la retirada del depósito que, llegado el caso, realizará de manera unilateral la empresa que les suministra el gas a estas cuarenta viviendas.
Ellos, insisten, están dispuestos a "poner todo de nuestra parte" para buscar una solución a este conflicto que contente a ambas partes, pero no descartan incluso recurrir a los tribunales para defender sus intereses, lo que mantendría el bloqueo a una obra con fecha límite, ya que debe estar ejecutada antes de final de año para no poder los fondos europeos asignados en su día.
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