Arturo Lezcano: "Desde 1983 todo se aceleró. Pasaron muchas cosas en poco tiempo. España iba a mil por hora"
Para Arturo Lezcano (Ferrol, 1976), el haberse convertido en cronista del Madrid de los años 80 ha sido "un poco por casualidad". Tras doce años en América latina, su regreso a la capital de España le hizo entrar en contacto por primera vez con aquella época.
Fue a través de un podcast que dirigió sobre las víctimas de la tragedia aérea del Vuelo 011 de Avianca, que en noviembre de 1983 se cobró la vida de 181 personas.
Ese, sin saberlo, fue el germen de "Madrid 1983" (Libros del KO), el libro que este jueves ha presentado en la Librería Cronopios de Pontevedra, la crónica de unos años convulsos en los que un país todavía en construcción trataba de fortalecer su recién adquirida democracia.
Le propusieron editar un libro que reuniese las historias que había detrás de esas víctimas pero, como reconoce el periodista gallego en esta entrevista con PontevedraViva, "para mí ya era algo que estaba contado" y comenzó a darle vueltas a la idea de explorar un ámbito más amplio.
"Yo era un niño y nunca había vivido en Madrid, pero sí tenía presente que 1983 había sido un año muy importante", explica Lezcano. "Siempre se habla de 1982 porque fue cuando el PSOE ganó las elecciones, pero es 1983 el año en el que pasaron innumerables cosas".
Asegura que fue el año "en el que se aceleró todo", una época que el autor define como la "postransición" en la que la sociedad española "iba a saco" y avanzaba "como un coche a mil por hora" pero por carreteras "que aún estaban sin poner".
Era una España que al autor le recordaba a los países sudamericanos en los que ha trabajado "en donde todo va muy rápido y hay mucha negligencia", porque el país acababa de salir de una dictadura "y empezaban a cambiar las estructuras en las que se sustenta el poder".
1983 fue el año de la reforma de un código penal "aún anclado en la dictadura y que no tenía el más mínimo nivel democrático", el año de la reconversión de Rumasa o de la creación de los GAL. La policía y el ejército también empezaban a adaptarse a los nuevos tiempos.
El terrorismo azotaba Madrid porque, bien ETA, bien los Grapo o hasta la Internacional Fascista italiana, "estaban convencidos de que si había que golpear había que hacerlo en Madrid", rememora Arturo Lezcano. A ello se sumaba la "delincuencia quinqui" y la irrupción de la heroína que, ya por aquel entonces, se había convertido en una epidemia.
Hubo también cambios sociales porque 1983 fue el "principio del fin" para las asociaciones vecinales surgidas durante el régimen franquista, impulsadas por intereses políticos, al entender que con la victoria del PSOE "pensaron que ya no hacía falta seguir".
Además, en escasas semanas se juntaron tres tragedias "particulares", dos accidentes aéreos y el incendio de la discoteca Alcalá 20, que conmocionaron al país; y hervía al mismo tiempo en la ciudad un clima de libertad y creación artística que desembocó en lo que fue la "movida".
"Es fascinante tener un momento en la historia en el que pasan tantas cosas y en un sitio tan pequeño", subraya Lezcano, que no oculta su fascinación por el hecho de que casi todas estas cosas "tuvieron su origen en los barrios más allá de la M-30".
También esa "movida" musical que para el autor del libro "no fue tan masiva como nos hicieron pensar". Reconoce que como fenómeno "fue importantísimo" pero entiende que "siempre nos vendieron el mismo relato y con los mismos nombres".
Pero aunque el libro está ambientado en Madrid, Arturo Lezcano defiende que "sirve para explicar toda esa época y todo se puede extrapolar a otras ciudades", ya que señala que "inconscientemente busqué esta analogía que todos habríamos buscado".
Eso si, mantiene que lo suyo "no es una tesis académica sino un relato periodístico" y celebra que "tuve la suerte" de que aquellas personas que llegaron a los círculos de poder con treinta años "hoy tienen 70 y están absolutamente lúcidos para poder preguntarles todo".
Esas entrevistas fueron la base de esta crónica, que dejaron al autor con la sensación de que esos protagonistas recuerdan aquella época "con una sensación entre el orgullo y el trabajo hecho" porque fue una "época irrepetible" en la que "todo estaba por hacer".
"Todos somos hijos de aquellos tiempos", asegura Lezcano, que anima a otros periodistas a realizar un trabajo similar en Galicia. "Ojalá alguien haga esto sobre A Coruña, Vigo o incluso Pontevedra porque no me cabe duda de que los procesos fueron parecidos", sentencia.
Mantiene que de historias académicas "están llenas las estanterías de las librerías", pero echa en falta trabajos periodísticos "sobre la Galicia de los 80, de los 90 o sobre la de hoy" que repasen desde una mirada crítica la historia contemporánea gallega.
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