Remontada milagrosa de un gris Pontevedra frente a un Coruxo sin puntería que merece ganar (2-1)
Por Ramiro Espiño & Diego Torrado
A veces hay milagros, incluso en el fútbol. De tal hay que calificar la victoria con remontada del Pontevedra ante el Coruxo, tras realizar posiblemente los peores 70 minutos de juego de toda la "etapa Luisito" en Pasarón. Sin orden ni ideas, los locales jugaron a merced de la inspiración individual de sus jugadores, la mayoría de los cuales estuvieron también muy lejos de tener su mejor día, y de la falta de puntería del equipo vigués, que hizo méritos para sentenciar el resultado a su favor ya en la primera parte.
Difícil explicar las sensaciones dejadas por el conjunto local. Esta vez no fueron errores defensivos, esta vez fue el mal juego colectivo el que lastró al conjunto granate hasta el punto de no existir en esos primeros 70 minutos de juego, para reaccionar en la recta final, espoleados por los cambios introducidos por el técnico, que imprimieron el carácter y la intensidad que hasta entonces no había tenido el equipo.
Claro que, para que la remontada fuese posible, además de los goles de Álex González y Añón, que entraron en juego durante la segunda parte, tuvo que hacerse realidad el dicho futbolístico de que el que perdona suele acabar pagándolo. Lo hizo y de forma clamorosa un Coruxo superior en todo, pero ineficaz en donde se deciden los partidos, en las áreas.
Los granates dominaron el balón de inicio, pero ese dominio apenas les duró 15 minutos, luego la nada más absoluta. El Coruxo, más vertical en sus acciones, se encontraba cómodo y pronto empezó a buscar con tanta decisión como desacierto rematador la meta local. De ese modo las ocasiones visitantes se acumularon hasta el descanso, siempre con el mismo denominador, la falta de puntería de los de Rafa Sáez, que al final lo pagarían muy caro con una derrota tan dolorosa como injusta.
Álex Arias dio el primer aviso serio a los 11 minutos, pero mandó el balón rozando el poste. Luego sería Higón quien no acertase por dos veces. La primera se le fue por poco, la segunda (minuto 39) se estrelló contra el poste.
Los granates, que no sólo no habían disparado a puerta (ni entre los tres palos ni fuera), darían un único síntoma atancante con el primer tiempo casi finalizado, en una falta frontal lanzada por Mouriño que tocó en la barrera y se marchó a corner muy cerca del larguero.
Pero si mala había la primera parte de los locales, la segunda no comenzó mejor aunque en ella Luisito inició los movimientos que al final serían decisivos dando entrada a Añón e Etxániz, que dotaron a los suyos de algo más de dinamismo, presión sobre la salida de balón del rival, tirando de sus compañeros y de la grada hacia arriba.
El Coruxo encontraba el justo premio a sus méritos con un balón a la espada de la defensa local que llega a Mateo. Su recorte y disparo al palo corto fue muestra de su calidad técnica, adelantando a los vigueses.
Ni así reaccionó el Pontevedra. Los granates jugaban a merced de lo que proponían los de Rafa Sáez que tuvieron la sentencia en sus botas a los 58 minutos, en un remate a placer de Fernando salvado por Edu con una mano providencial.
Luisito no esperó y agotó los cambios, dando entrada a Álex González, pasando a buscar un fútbol mucho más directo pero efectivo a la vista de las dificultades que los suyos estaban teniendo en la construcción, hasta que una jugada polémica cambió el ritmo del partido e hizo despertar definitivamente a los locales. Corría el minuto 67 cuando el colegiado madrileño, muy protestado, convierte en falta en ataque una caída de Añón en el área, con toda la apariencia de ser penalti por agarrón del defensor.
Fue el anticipo del primer aviso serio del Pontevedra, cuando un centro de Añón lo remató de volea Álex González, pero sin encontrar portería. La siguiente sería para empatar. Esta vez una nueva volea de Álex González, empalmando de abajo a arriba un balón suelto en el área (minuto 74), ante el que nada pudo hacer Alberto.
El gol tuvo efectos milagrosos. El Pontevedra empezó a creer y sus aficionados también. Tirando de casta, los granates empujaban y encontraban la colaboración de Pablo García, sacando una mano imprudente e innecesaria en el área que el árbitro, acertadamente, interpretó como merecedora de penalti. David Añón no perdonó, engañando al meta vigués.
Quedaban nueve minutos más el descuento. El Coruxo se fue a la desesperada en busca del empate, pero los granates ya eran otros, se defendieron con acierto e incluso buscaron sus opciones a la contra para terminar sumando tres puntos casi milagrosos.
PONTEVEDRA CF (2): Edu; Miguel Ángel, David Castro, Goldar, Adrián León, Kevin Presa, Marcos Álvarez (Añón, minuto 46), Mouriño (Álex González, minuto 63), Berrocal, Prosi y Jorge (Etxániz, minuto 46).
CORUXO FC (1): Alberto; Campillo, Juampa, Mario, Pablo García (Silva, minuto 86), Fernando, Higón, Antón, Quique Cubas (Rafa Mella, minuto 80), Álex Arias y Mateo.
Árbitro: Hugo José López Puerta (Madrid), auxiliado en las bandas por David Yuste Jiménez y Sergio Maroto Criado. Amonestó a Goldar, Marcos Álvarez, Añón y Etxániz, en el Pontevedra, y a Pablo García y Campillo, en el Coruxo.
Goles: (0-1) Minuto 49: Mateo. (1-1) Minuto 74: Álex González. (2-1) Minuto 81: Añón, de penalti.
Incidencias: Estadio Municipal de Pasarón (Pontevedra). Unos 2.000 espectadores. Se guardó un minuto de silencio en memoria de las víctimas de los incendios forestales que asolaron Galicia y Portugal la pasada semana, tres niños salieron al campo y soltaron cuatro globos blancos en recuerdo de las víctimas mortales habidas en Galicia y los jugadores del Coruxo hicieron su aparición en el terreno de juego llevando camisetas en las que se leía "non máis lumes".
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