España suda para batir a Serbia pero ya está en octavos de final
Por Manu Otero
Misión cumplida. España logró derrotar esta noche de viernes en el pabellón vigués de As Travesas a la selección de Serbia para certificar su pleno de tres victorias y asegurar el pase a octavos de final. A falta de dos partidos de la fase de grupos, los de Isidoro Martínez tendrán que pelear el primer puesto con Eslovenia, también con pleno de victorias, pero la buena reacción de los anfitriones ante un partido que se complicó y que obligó a los jugadores a emplearse a fondo para lograr el triunfo será un estímulo perfecto para superar el siguiente reto.
El partido comenzó de la mejor manera posible para los intereses de la selección española. Serbia, muy precipitada en la circulación del balón y en la búsqueda de lanzamientos, se estrelló una y otra vez contra la defensa de España. Los anfitriones supieron aprovechar los errores de su rival para conseguir una ventaja de cinco tantos a los diez minutos de partido.
La rápida circulación de balón y quiebros de los laterales nacionales Natan Suárez y el debutante Eduardo Cadarso unido al acierto desde el extremo de Gonzalo Pérez invitaba a pensar que el partido sería un paseo para el equipo de Isidoro Martínez. Nada más lejos de la realidad.
La inspiración del equipo local se desvaneció, el entrenador movió el banquillo pero no había forma de recuperar el buen juego. Y poco a poco Serbia, aprovechando la mala puntería de los extremos Zabala o Diocou, brillante en el debut pero ausente en los últimos choques, fue reduciendo las diferencias hasta acercarse a un solo tanto.
Pidió tiempo muerto el seleccionador para recordar a sus jugadores cómo debían atacar. Y las instrucciones dieron sus frutos porque en los últimos diez minutos de la primera parte España volvió a atacar con velocidad y acierto la meta de Jandric.
La irrupción de Pol Valera, con cuatro goles consecutivos, uno de ellos de bella factura al lanzar un cañonazo de espaldas que se coló por la escuadra de la meta serbia, supuso un soplo de aire fresco para España. Sin embargo, cada tanto de los anfitriones era respondido con otro de los serbios, que perdieron a Marko Vignjevic a los treinta minutos por acumular tres exclusiones, con lo que se llegó a descanso con una mínima ventaja para la Selección (13-14)
Tras el paso por vestuarios, el combinado español mejoró sus prestaciones, pero Serbia se mantuvo firme y hacía imposible que los anfitriones se escapasen en el marcador. La conexión Natan Suárez y Gonzalo Pérez estaba haciendo mucho daño, también Pol Valera, que se destapó como el líder del equipo sobre la cancha. Pero ese buen hacer de los españoles lo contrarrestaban los serbios con su poderío en los lanzamientos lejanos.
Milosavljevic, Mijatovic o Milic fueron una amenaza constante para la meta de Killian Ramírez, que esta noche de viernes no estuvo tan acertado como en duelos anteriores. Tuvo que pedir tiempo muerto Isidoro Martínez para advertir a los suyos de la necesidad incrementar la intensidad defensiva para bloquear estos tiros, pero era una tarea complicada.
Las indicaciones dieron sus frutos. Los serbios se vieron más agobiados a la hora de lanzar y después de 55 minutos de intercambio de golpes, España encontró un ligero colchón de tres goles gracias a una incursión de Valera desde el extremo que sirvió para sentenciar el partido (29-26) y clasificar al equipo anfitrión para octavos de final. Aunque el liderato del grupo todavía está en juego porque Eslovenia, vigente campeona de Europa, acumula también seis puntos.