Saleta Castro se sube al podio en una de las carreras más duras del planeta, la Patagonman Xtreme Triathlon
Por Diego Espiño
Participar en una de las carreras más duras del planeta es ya de por sí un reto mayúsculo, pero si se le suma subir al podio pasa a ser una experiencia inolvidable.
Eso es lo que le ha pasado a Saleta Castro, tercera clasificada de la Patagonman Xtreme Triathlon, un triatlón de larga distancia que vivió su tercera edición en la Patagonia en medio de condiciones extremas para los deportistas.
"No es una prueba más es LA PRUEBA, todo lo que rodea a este evento es especial, salvaje y extremo", reconocía antes de la carrera la deportista pontevedresa en sus redes sociales, tras completar nada más y nada menos que 3.800 metros de natación, 180 kilómetros en bicleta y un maratón final de 42 kilómetros a pie. Todo ello con bajas temperaturas en el agua o con un importante desnivel y tramos sin asfaltar en el ciclismo.
"No voy a decir que ha sido la carrera más dura que he hecho porque os estaría mintiendo pero de las más extremas por supuesto que sí. Los recorridos son duros pero tan bonitos que tienes que verlos en vivo para entender lo que se siente", ha explicado Saleta después de la competición.
"Si la distancia en sí es dura, añade desnivel y añade correr en la Patagonia. No sé como serán el resto de regiones pero en la de Aysén, Coyhaique, Cerro villa Castillo y Puerto ibañez pasas de estar congelada con sensación térmica de 5-6° lloviendo, al sol seco con vientos helados que casi te tiran de la bici y de repente al verano en la maratón que te quemas. Tienes que estar preparado para todo porque en cuestión de minutos todo cambia", afirma.
Llegar a meta es todo un éxito, pero en el caso de Saleta lo hizo con la recompensa del podio final al ser sólo superada por las británicas Caroline Livesey y Maggie Rusch, primera y segunda respectivamente.