Bernardo Sartier
Paco Papa
Yo quiero que la fumata blanca diga que el nuevo Papa es Vázquez. Paco Vázquez. Digo, Paco Papa. El otro día emergió su dandismo british en la tele y atrapé la imagen de Paco Papa ungido con los sagrados oleos como Santo Padre laico. Paco Papa sabe un huevo de mitras e incensarios, de báculos y estolas. Quiero decir que va sobrado de erudición eclesial. Perito en velas (de alumbrar) y aceites de San Benito da a entender que el boticario del Vaticano, o sea el "Boticano", es entendidísimo en intrigas porque conoce el punto débil de cada clérigo: la halitosis que tiene tal monseñor, que el cardenal cual sufre reflujo o hasta que el obispo zutano padece de aerofagia y meteorismo. Paco Papa puede ilustrarle a uno acerca del celibato, en cuyo origen está el miedo de la iglesia a distraer sus bienes y que ella misma atajó interdictando la fornifollanza para que todo siguiese en unas mismas manos.
Yo siempre he sido un poco clerófobo, que no es lo mismo que ser anticlerical porque al anticlerical le da a veces un aire y se echa al monte a quemar iglesias, mientras que el clerófobo es de suyo mansurrón y siente por el clero idéntica sensación que un claustrofóbico en un ascensor. Y porque soy un poco clerófobo me bajo el sombrero ante la pedagogía canónica "pacopáquica" y abogo por él como máximo pastor seglar. Con sede en María Pita. Y entonces me lo hago asperjando con el hisopo bendiciones urbi et orbe en "coruño", ese "acentiño" tan de las tierras altas que parece que le acariña a uno mientras te birlan un derbi o se llevan para allá el "Fnac" y el "Ikea" y piden sarna para el resto de la peña. Paco Papa habla de "ese pecado nefando de la pederastia "que no viene a ser más que el "menorerismo" trágico del que ya habló Nabokov en Lolita, acuérdense de Humbert Humbert "toliño" perdido por aquella nínfula, más puta que las gallinas, con la que emprendió un "Road movie" por América adelante sin otra expectativa que la del disfrute hedónico de la vida.
Paco Papa ni abrillanta santos ni micciona agua bendita, como el beato de toda la vida, sino que se comporta como un creyente peculiar que lo mismo cumple con los cánones que exhibe unas astas cornales manufacturadas para joder a los Celtarras en Riazor. Cuando le preguntan a Paco Papa por el celibato responde que "la iglesia lo pergeñó como modo de que los curiñas se centrasen más en su labor apostólica y así evitar efectos colaterales". Efectos colaterales llama Paco Papa a follar, que en esto del bien hablar Paco Papa es, como el arriba firmante, muy mirado. El día que lo vi en la tele Paco Papa se trabucó y dijo "que el Papa está cansado porque ha desarrollado una labor exhaustiva"; Paco Papa quería decir extenuante. Paco Papa dice que no es cierto que los cardenales coman bocattos di Cardinale, aunque sí admite que comen como curas. Paco Papa, en su erudición teologal, sabe quién es el mejor biblista de la curia y descarta a Cañizares en la pugna por la silla de Pedro, lo que consuela, porque un ex guardameta no puede dar un buen Papa. A Paco Papa se lo sacó de en medio Zapatero para que no diese la tabarra con su "guerrismo" alcanforado. Zapatero, que no alcanzó tan altas cotas de tontunez como algunos politólogos de la derechona se empeñaron en hacer ver (aunque sí algunas, todo hay que decirlo) sabía de la personalidad fachendosa de Sir Paco e intuía que si le encelofanaba la embajada vaticana no rehusaría. Lo que va del ayer al hoy. De socialista a exégeta de sotanas, o lo que es lo mismo, de Pablo Iglesias a Ratzinger. A eso se le llama reinventarse. Que hablen con un carrocero y le vayan preparando el "Pacomóvil".
28.02.2013