Bernardo Sartier
Me olvidé del chill out
Doña Carmen Lomana ha escrito un libro. Solo puedo congratularme y saludar en tiempo y forma semejante acontecimiento editorial. Que promete, sobra decirlo, ayudar a Rajoy con los problemas del país.
Carmen Lomana es catedrática en buenas maneras y faro en corrección que ilumina nuestros ademanes patanes. En su libro "Glamur inteligente", que así se llama el incunable, doña Carmen nos alecciona. Por ejemplo, hay que huir de la expresión "aseo", que es cursi, y mucho más de su alternativa "váter"; doña Carmen dice que lo correcto es "cuarto de baño". Tengo aquí que hacer una precisión. Doña Carmen no conoció nuestra extinta estación del ferrocarril, en la actual Plaza de Galicia, donde lucía, orgullosa, la siguiente leyenda: retrete. Allí, para hacer aguas mayores había que acuclillarse y apuntar a un angosto tubo. En aquel sagrado lugar aprendí yo que la precisión no es don innato sino virtud que se trabaja y cincela y que, a mayor abundamiento, el urgido por su intestino no nace, sino que se hace.
Alternativamente a "cuarto de baño" propongo a Doña Carmen la denominación constante en una de las mejores columnas que se han escrito en la lengua de Cervantes, aquella que dedicó Jaime Capmany al vicepresidente Alfonso Guerra en la que le ilustraba acerca de la tipología del pedo. Decía el maestro que al retrete hay que denominarlo escusado, como hacían las abuelas. Por tanto, escusado, que ahí sí que hay eufonía de imposible rebatimiento.
Doña Carmen también comenta que nunca debe decirse, a quien come, "que aproveche", que es una horterada propia de contextos rurales. Tomo nota. La próxima vez que entre en "Román" prometo que me dirigiré a los comensales diciéndoles, cariñoso, "así reventéis, cabrones".
Doña Carmen, cuya obra vale lo mismo para un roto que para un descosido, aconseja incluso para el aseo: "yo me froto con guante de crin y con verdadera inquina". Ojo, doña Carmen. Frotarse de ese "xeito" puede externalizar el muñón. Para abrillantar el pelo sugiere Doña Carmen zumo de limón, cerveza o vinagre: "cariño, te amo, y que bien hueles hoy a Cruz Campo Gran Reserva"; o "cariño ¿dónde has puesto el balsámico de Módena que tengo que aliñar la ensalada?".
Pero donde la obra de la Lomana adquiere característica cimera es en la sugerencia para hacer del tálamo un paraíso sexual: "Incienso, una luz muy tenue, preferiblemente de velas, música chill out o hindú o árabe y espolvorear la sábana bajera de polvos de talco. Y perfume". ¡Ostras, pedrín!. Ahora entiendo mis reiterados gatillazos, ese no encontrármela y echar solo polvos de talco que me llevó al diván del doctor Varela. Tonto de mí. Me olvidé del chill out
09.05.2013