Bernardo Sartier
La cabra
Estas vacaciones han servido para confirmar que mi auténtica vocación es la de rentista. Pero consciente de la división de opiniones que mi literatura genera en los lectores (unos se cagan en mi padre y otros en mi madre) me reincorporo a esta mi casa con el siguiente suelto intrascendente.
La princesa ha pasado de la cueva de las acelgas -en la que su primo dice que vivía- a los retoques, y luego de la rinoplastia le ha tocado al morrito superior. Unos cuantos pinchazos de botox y ahora se parece a Rania, Rania a otras que también tomaron la senda del recauchutado y entonces todas militan en la causa de la belleza uniforme y gomosa, en una causa estética y como de plastilina en la que sí, todas muy monas pero idénticas como las "barbis". Bueno, lo de todas muy monas es un decir, porque algunas recuerdan al Joker de Batman después de pasar por el inflador de ruedas de la gasolinera del Burgo. O sea, gatillazo garantizado.
El botox es toxina botulínica y con esa misma pero de abadejo -sí, de abadejo-, Marita Lorenz, que había sido novia de Fidel Castro, regresó de Miami a Cuba para envenenarlo con la excusa poco creíble de que aún lo amaba. Fidel se la folló y musitó: "te han enviado para asesinarme ¿no?", y entonces le dio una pistola y le dijo "hazlo". Marita se quedó petrificada y Fidel dejó que se fuera porque el cupo de ejecuciones lo tenía completo hasta el accidente de Carromero. Pero volvamos a lo nuestro, que aquí Aznar sigue ladrando su bigote por las esquinas y parafraseando a Perales en el caraoque de "Faes" con la letrilla de que a los nacionalistas les molesta el velero llamado libertad que es España.
Aznar tiene mucho de poeta abdominal, de trovador "tex-mex" y de yayo flauta con posibles, pero es más aburrido que Montoro, que es el bocas del gobierno. Montoro, que sabe mucho de economía, es un portavoz sinusítico que cada vez que habla sube la luz y que cuando en el congreso intenta convencer a la oposición de que treinta parados menos constituyen un éxito económico sin parangón, recuerda a Arévalo contando un chiste de gangosos en el "Un, dos, tres". Montoro incluso dice que suben los salarios, lo que no aclara es si se refiere a los de los españoles o a los de los alemanes. Debemos ser comprensivos con Montoro, que está nervioso porque le soplaron que Mariano pretende sustituirlo en la próxima crisis de gobierno por la cabra de la legión. De hecho ya hay quien quiere hacerse fotos con la cabra y le dicen mirando su cornamenta enrulada "¿nos deja hacernos una foto con usted, Señor Montoro"?, y entonces la cabra, cabreada, cejijunta, que mira como diciendo "sin faltar ¿eh? sin faltar", y es que hay cabras a las que molesta mucho que las confundan con un ministro de economía.
La cabra trota cochineramente y grita un viva la muerte que viene a ser un viva la recuperación económica, que consistirá, ya lo verán, en hacer una justa redistribución de la pobreza.