Pepy G. Clavijo
Gibraltar y su Campo
De todos es conocido que nací bajo la sombra del Peñón, soy campogibraltareña, por eso quiero decir algo de esta parte de España, para muchos desconocida.
Comenzaba el siglo XVIII, muere Carlos II sin descendencia, esto dio pie a una guerra entre los aspirantes al trono español.
En ese contexto, una escuadra anglo - holandesa atacaba el 4 de agosto de 1704 la ciudad de Gibraltar y tras una breve resistencia se apodera de la misma, el almirante inglés George Rooke sustituye la bandera de Carlos de Austria por la británica y los habitantes de Gibraltar tienen que abandonar la Roca.
La mayoría se establecieron junto a la ermita de San Roque, centenares de personas dirigidas por Juan de Solís se dirigen junto al río Palmones, otros remontan el valle y se sitúan junto a la ermita de San Isidro.
Con la pérdida de Gibraltar (1713 por el Tratado de Utrech) los refugiados en San Isidro piden permiso para construir sus casas y empezar una nueva vida, la situación era compleja pues toda la comarca seguía perteneciendo al término municipal de Gibraltar.
Pasaron unos años, en los que con el establecimiento de un fuerte contingente militar, la economía de la zona aumenta vertiginosamente tanto en lo forestal como en la agricultura o la ganadería. Pero sus gentes siguen dependiendo del Peñón.
Los habitantes del campo de Gibraltar han tenido siempre un gran sentido común con respecto a la Roca, han sido más los lazos que unen a los dos pueblos que los que pudiera separarlos, las relaciones con el gobierno y el pueblo de Gibraltar son especialmente estrechas aunque la propaganda con tintes patrióticos dificulta mucho la defensa de esta tesis, "es mejor seguir el camino del entendimiento y la cooperación entre las comunidades de ambos lados de la frontera", dice el alcalde de mi pueblo.
Antes del 1969 existía una fluida comunicación entre los habitantes de La Línea, San Roque, Algeciras y Los Barrios con los yanitos, el cierre de la verja supuso un trauma para las poblaciones de ambos lados, trauma y dolor que tardará mucho en cicatrizar, las familias quedaron divididas y sólo se podían ver a través de la verja, los trabajadores españoles perdieron su puesto y la economía se vio perjudicada.
Muchas personas del campo gibraltareño aún hoy tienen su trabajo en el Peñón, tan familiarizados están con los monos que cuando para ventilar sus casas en invierno, los animalitos se suben a las ventanas, hablan con ellos como si de animales de compañía se tratase. También hay yanitos con sus casas en Los Barrios.
El carácter del pueblo andaluz es abierto a todos los cambios, a todas las culturas y (lo mismo que en EE.UU.) podemos encontrar en todo el campo de Gibraltar un "spainenglish" muy particular, así al bizcocho le llamamos "pan keki" al jersey "yersi", al regaliz "milkibar", a los calcetines "saquetes" (del inglés shoks) y hasta cuando a una niña le viene la regla por primera vez, se dice que "ya ha ido a Gibraltar", tal es la influencia del Peñón.
Cierto que hubo contrabando pero era de café, mantequilla, azúcar y riquísimas galletas inglesas, después pasó a otras sustancias y los peces gordos hicieron "su agosto" no los pobres campogibraltareños que en cuanto se abrieron industrias en su suelo pasaron a trabajar en España y hoy viven con cierta comodidad, pero sin olvidar que Gibraltar les quitó mucha hambre y les dio cultura y sin olvidar tampoco la bonita panorámica que se divisa desde la parte más alta del Peñón.
Pepy G. Clavijo