Diego Landín del Río ya realizaba 'elancés' o 'pliés' dentro de su madre y se equivocaban quienes decían que eran augurios de futbolista. Iba para bailarín. A los seis años comenzó a dar clases de ballet. Era lo único que calmaba a aquel niño de Marín que no paraba de bailar. Lleva dedicada su infancia, adolescencia y primera juventud a esta vocación, formándose dentro y fuera de España.
Viviendo en Madrid tomó consciencia de sus raíces gallegas y aumentó su conexión con Galicia. De hecho, no ha querido que su experencia de horfandad en referencias "de primer nivel" en su tierra se repitiera y por ello abre el Ballet de Galicia. Es un centro integral ya que contempla un círculo: formarse al mejor nivel, formar parte de un ballet y cuando la retirada del escenario llega, ofrecer una salida formativa para continuar vinculado a la danza. Es el único proyecto de estas características en España. Un proyecto avalado y asesorado por entidades académicas y profesionales de esta disciplina artística.
En PontevedraViva Radio nos permite conocer su trayectoria, además de su selección musical. Una trayectoria en la que ha bebido la danza de Carmen Roche, Eva López Crivillé, Orlando Salgado, Marta García, Elisa Carrillo o Marco Goecke, cuya experiencia, bromea, le hizo sentir muchas veces como Anne Hathaway en 'El diablo se viste de Prada'.
Fue, por sorpresa como cuenta en La Playlist, premio extraordinario en su graduación universitaria. La perseverancia le acompaña y es la que le ha permitido "haber llegado, porque hay sitio para todos". En sus veintiseis años hay renuncias, por supuesto, pero "bailar ha sido mi decisión" y el "máster de vida" que atesora, le compensa, como dice este bailarín, coreógrafo y director.