El campamento de Marcos
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Por Oskar Viéitez
Marcos es un chaval de 9 años que acaba de disfrutar este verano de una experiencia formidable: un campamento.
Como tantos otros chicos deseaba vivir esta aventura que otros años le había contado su hermano mayor, pero sus padres tenían algo de miedo, ya que Marcos tiene un 75% de discapacidad motriz.
Finalmente su madre, Monserrat Prado, se animó y lo apuntó y hoy cuenta el acierto que fue esta decisión. Lo hizo en una rueda de prensa de balance del resultado de los campamentos de la Deputación de Pontevedra, que finalizan este sábado.
"Fue una lección de vida" tanto para los demás niños como para el equipo educativo, coincidieron en destacar a la madre de Marcos, el presidente de la Deputación, Rafael Louzán y el director del Príncipe Felipe, José Manuel Fernández.
Era la primera vez que participaba en los campamentos un niño con una discapacidad tan importante. En este sentido, quiso animar a todos los padres de niños con discapacidades a no tener miedo y a favorecer la plena integración de sus hijos animándolos a participar en actividades de este tipo.
Aseguró que es comprensible que haya cierta precaución, pero que si hay "seriedad y profesionalidad" como se demostró en los campamentos de A Lanzada, "no tiene por qué haber ningún problema".
Para Prado, fue una "excelente oportunidad" que su hijo pudiera vivir directamente la experiencia de los campamentos, y no sólo a través del su hermano mayor. Y pudo hacerlo, aseguró, por la oportunidad ofrecida, "desde el primer momento que supieron que había un niño con esta discapacidad fue todo atenciones, informarse de las necesidades del niño, de cómo podían ayudarlo. "Fue ahí, dijo, cuando decidí que sí, que iba a ir al campamento", dado que considera fundamental la seriedad y la responsabilidad demostrada.
"Fue una lección de vida" tanto para los demás niños como para el equipo educativo
Por eso, quiso agradecer a la Deputación, al equipo médico y a los monitores que le "dieran la posibilidad a él y a otros niños que están en una situación como la de él de participar en los campamentos", algo que calificó de "importantísimo" porque les permite "estar con otros niños y que hagan las cosas que hacen otros niños".
Además de ellos, y como ya venía siendo habitual en los campamentos impulsados por la Deputación, participaron numerosos niños con discapacidades leves, intolerancias alimentarias, alergias o TDAH, con tetraplejias, con síndrome de Asperger, con síndrome de Down o con diabetes tipo 1 con bomba de insulina, que pudieron disfrutar de los campamentos sin el más mínimo inconveniente ni diferenciación.
Un total de 2.500 niños y niñas participaron este verano en los campamentos que la Deputación de Pontevedra pone en marcha cada año en A Lanzada (2.200 participantes) y en el Centro Príncipe Felipe (300).
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