Absuelven por falta de pruebas a los acusados de un altercado en la casa del 'rey de los gitanos'
Por Natalia Puga & Mónica Patxot
Creada y actualizada
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El Juzgado de lo Penal número 1 de Pontevedra ha absuelto por falta de pruebas a todos los acusados en un juicio celebrado este mismo miércoles por un incidente violento registrado en la vivienda de Olegario Giménez, conocido como 'rey de los gitanos', en la localidad de Tomiño en abril del año 2014. Tan solo uno de ellos resultó condenado, pero no por el altercado en sí, sino por haber conducido borracho hasta allí.
En el banquillo de los acusados se sentaron cuatro personas presuntamente implicadas en el incidente y todos resultaron absueltos. Se trata de dos de los hijos del dueño de la casa y patriarca del clan de los Morones, Saúl y Juan Paulo Giménez; un agente forestal, Antonio P.G.; y un guardia civil, José Antonio P.G.
El juicio, previsto para las 9.30 horas, se celebró a partir de las 10.00 horas y se zanjó en apenas 15 minutos con la absolución de todos ellos en lo relativo a la pelea y la condena de José Antonio P.G. por un delito contra la seguridad vial. El fiscal le acusaba, y así le condenó ya el juez, por haber conducido bajo los efectos de las bebidas alcohólicas justo antes del incidente en Tomiño. Con la conformidad del propio acusado, fue condenado a la suspensión del permiso de conducir durante ocho meses y el pago de una multa de 720 euros (seis meses a 4 euros diarios).
Juan Paulo Giménez ya abandonó el banquillo en los momentos iniciales de la vista oral porque la Fiscalía no formulaba acusación contra él, tan sólo los abogados de los otros dos acusados y éstos anunciaron nada más empezar el acto del juicio su intención de retirar la acusación.
El hijo de Olegario Giménez se levantó del banquillo de los acusados y los otros tres continuaron, pero tan sólo por unos minutos, pues los tres se acogieron a su derecho a no declarar contra sí mismos, el fiscal renunció a la declaración de varios testigos no se presentaron en los juzgados y los dos que sí comparecieron también se acogieron a su derecho a no testificar alegando que son familiares de uno de los acusados. Se trata de la esposa y uno de los nietos de Olegario Giménez. El propio patriarca estaba citado como testigo, pero no compareció por encontrarse enfermo.
El fiscal del caso, Santiago Miguel Cruces, mantuvo la acusación contra los tres procesados a los que él sentó en el banquillo, si bien pidió aplicar la circunstancia atenuante de la responsabilidad criminal de dilaciones indebidas porque el caso ha tardado más de cuatro años y medio en llegar a juicio a pesar de que la instrucción por este tipo de delitos no suele resultar compleja. Terminada la vista, el juez decidió absolverles al considerar que no se habían planteado pruebas de cargo suficientes durante el acto del juicio para desvirtuar su presunción de inocencia.
El magistrado, Juan José Trashorras, argumentó en la sala que condenaba a José Antonio P.G. por el delito de tráfico y absolvía a todos por el resto de delitos dado que los acusados y los testigos no habían declarado, solo había como prueba un parte de lesiones por estos hechos, prueba "insuficiente para determinar que se produjeron los hechos" tal y como se plantearon en el escrito de acusación.
El juicio se celebró entre fuertes medidas de seguridad y con la presencia de varios familiares de los Morones, entre ellos, el autodenominado príncipe de los gitanos, Sinaí Giménez. Una veintena de agentes de la Policía Nacional de las comisarías de Pontevedra y Vigo se desplazaron hasta los juzgados de A Parda desde primera hora de la mañana para garantizar la seguridad y evitar posibles altercados.
Establecieron un cordón policial en el acceso al edifico judicial e identificaron a todas las personas con intención de asistir a la vista oral. Los periodistas interesados en cubrir el juicio necesitaron acreditación previa. Finalmente, todo se celebró sin ningún incidente.
La Fiscalía sostenía que los dos agentes acudieron a la casa del 'rey de los gitanos' para cobrar una deuda económica previa contraída por uno de sus hijos y, a su llegada, otro de sus hijos, Saúl Giménez, presuntamente golpeó al agente forestal. El guardia civil reaccionó, según el fiscal, amenazando con una pistola al patriarca y el agente forestal golpeando a la esposa de Olegario.
La Fiscalía solicitaba que los acusados fuesen condenados a un año y medio de prisión, el agente forestal y Saúl Giménez Jiménez por un delito de lesiones y el guardia civil por amenazas, a mayores del delito contra la seguridad vial.
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