No es Timón, es Simón; no vive en la selva, vive en Marín
Por Manu Otero
Con permiso de los gatos, es uno de los animales más carismáticos de las redes sociales. Esa forma de levantarse sobre dos patas para vigilar sus alrededores es inconfudible. Pero no hace falta poner La 2 a la hora de la siesta para verlos, un paseo por Ardán puede bastar para encontrarse con una simpática suricata. Simón lleva cuatro meses viviendo en esta parroquia marinense, desde que fue adoptado por Andrea Villegas. "Convivir con una suricata es genial, te puede sorprender en cualquier momento con cualuquer cosa. Me encanta cuando se pone de pie en alerta y a tomar el sol", sostiene su propietaria, una auténtica enamorada de esta especie cuya cría en cautividad y venta está autorizada en España.
Desde que llegó a su nuevo hogar procedente de un criadero de O Porriño, Simón se convirtió en todo un apasionado de las caminatas por los senderos de Ardán. Su dueña lo saca de paseo todos los días y mucho más en jornadas soleadas como las de esta semana. "Tomar el sol es lo que más le gusta, además lo necesita para su salud", puntualiza Villegas, siempre atenta a las necesidades de uno de sus seres más queridos.
Pero este joven suricata macho no solo necesita luz solar para ser feliz. Su apetito también es voraz. "Se alimenta de gusanos, grillos, saltamontes o cucarachas", detalla su ama, quien invierte unos 20 euros semanales en la compra de comida. Sin embargo, la primera vez que se enfrentó a uno de estos duros insectos no sabía muy bien como reaccionar. "Le daba con la pata para ver si así dejaba de moverse, pero ahora ya las devora", recuerda entre risas. Además de insectos, la fruta es otro de sus manjares preferidos.
Aunque para salir a la calle va atado por un arnés y una correa, en casa ya se comporta como un miembro más de la familia. "Duerme suelto por la habitación, pero tumbarse cerca del radiador es su sitio favorito", reconoce Andrea. Los primeros días en su nuevo hogar se mostró muy tímido y cauto, pero ahora su comportamiento "no se diferencia mucho del de un gato o un perro, él solo quiere ver gente y que le hagan fiesta", explica Villegas, de hecho Simón se lleva especialmente bien con los dos perros de la casa.
La llegada de este suricata a la vida de Andrea no fue un capricho. "Llevaba muchisimos años queriendo uno", reconoce la propietaria. Pero antes de adoptar a Simón fue víctima de un fraude por Internet. "Compré uno a través de un anuncio de Milanuncios, pagué 800 euros pero nunca lo recibí. Fue un timo", reconoce advirtiendo a otras personas de los cuidados que deben tener para no caer en este tipo de trampas.
También es consciente de las críticas que recibirá por tener este animal, cuya especie es originaria del desierto de Namib en el sur de África, como mascota. "Este animal nació en cautividad, cuando lo cogí no sabía ni comer por él mismo, no sobreviviría en libertad", argumenta. No obstante, matiza que solo está de acuerdo con la tenencia de animales de especies foráneas "siempre que nazcan en cautividad, tengan los cuidados necesarios y los dueños se hagan cargo de ellos".
Y a Simón no le falta de nada en Ardán. Además de disfrutar de caminatas diarias, deliciosos manjares y una divertida compañía perruna, este suricata está también controlado por un veterinario: "tiene chip y vacunas", matiza.
Ya es toda una celebridad este pequeño suricata en el vecindario. "Todos los vecinos me vienen a preguntar qué es, todo el mundo tiene de referencia a Timón, del Rey Leon, entoces piensan que es enorme y en verdad es pequeñito", relata Villegas, la inseparable compañera del rey de Ardán.