Vuelve el Espazo +60 de Afundación: "No se puede vivir con miedo, voy a seguir haciendo lo que pueda"
Por Natalia Puga & Mónica Patxot
Cuando mayor sea tu edad, mayor será tu riesgo de que la covid-19 se complique. Esta máxima la tiene interiorizada la mayoría de la población y, en especial, la directamente afectada. Pese a todos, son muchos los que están empezando a retomar sus rutinas previas a la pandemia y las actividades que les ayudan a mantenerse activos física y mentalmente. En los últimos días, esas ganas de regresar se están palpando en el Café Moderno de Pontevedra, en el que desde el 15 de octubre se ha retomado el Espazo +60 de Afundación.
"No se puede vivir con miedo, entonces, voy a seguir haciendo lo que pueda", aseguraba este lunes en el segundo piso del Café Moderno una mujer de 69 años que está apuntada para esta temporada a las clases de meditación, baile e inglés y buscaba información para una cuarta, informática. Jubilada todavía el pasado verano, necesita sentirse activa y, pese a que durante el confinamiento siguió haciendo ejercicio en casa y, desde la desescalada, ha aprovechado para caminar mucho, necesitaba ya esta actividad presencial. Tras pasar unos meses “complicados”, tomó una decisión, "decidí seguir viviendo".
Esa decisión no ha sido otra que retomar cierta normalidad y, para que ella y las otras 400 personas que se han apuntado a esta nueva etapa se sientan seguros, en Afundación se han esmerado en la creación de Espazos +60 seguros. Se ha reducido el número de participantes por actividad y aula; se han reorganizado los horarios y las zonas de entrada y salida de los centros; la ventilación frecuente está garantizada en todos los espacios y aulas entre una actividad y otra; se suprime temporalmente la realización de actividades que supongan compartir materiales; y será obligatorio mantener en todo momento la distancia de seguridad recomendada y llevar mascarilla.
Así, con todas las precauciones, y muchos todavía con miedo, los usuarios están regresando. De momento, en un número mucho más reducido, pues de las 1.400 personas que estaban inscritas, 1.000 se han quedado fuera este año. Según explica Alfonso Fernández, del Espazo +60, se nota que "hay gente que está deseando venir", pero "otra prefiere esperar un poquito más por el miedo que tienen".
Entre las personas que tienen miedo está Lonchi, de 78 años y con al menos 15 años de antigüedad en el centro. Lo pasó "muy mal" con la pandemia, pero optó por retomar la actividad, en su caso, yoga, porque notaba que ya lo necesitaba. Eso sí, reconoce que "tengo miedo, pero razonable".
En esta reactivación de la actividad, sí han notado que ha cambiado el perfil del usuario, pues los usuarios son mayores de 60, pero con una edad media más baja que antes, de hasta 70 años años, sin octogenarios. Quiénes sí se han animado a inscribirse para esta nueva etapa lo han hecho "porque valoran lo importante que es para ellas la actividad y salir de casa".
Al respecto, desde Afundación recuerdan que las personas mayores, un grupo vulnerable por edad a los efectos de la covid-19, son también vulnerables a las consecuencias negativas de la inactividad de la disminución de relaciones y pérdida de roles. La actividad de los espacios +60 minimiza los impactos que el aislamiento provoca en la salud física, psicológica, mental y emocional de las personas mayores.
En esta nueva etapa se están impartiendo 35 actividades, algunas menos que el año pasado por los riesgos de contagio asociados a alguna de esas actividades Así, por ejemplo, se han suspendido la de canto y pandereta, a la que solía asistir Carmen, de 64 años y que sí está acudiendo a la clase de pintura. Echa de menos la pandereta, pero al menos ha retomado otra de sus aficiones, eso sí, con restricciones porque este año no pueden, por ejemplo compartir material con los compañeros o pintar al óleo.
"Ahora venimos todas con muchas ganas de empezar esta etapa", asegura esta alumna junto a María José, de 68 años, y este lunes su única compañera en clase de pintura. Ambas reconocen que no llevaron mal la etapa de confinamiento, pero ahora "ya se va haciendo muy pesado", de modo que llegan "con muchas ganas para esta etapa".
Afundación decidió cerrar los Espazos + 60 el pasado mes de marzo, pero su actividad nunca se detuvo, ya que los integrantes del Área de Envejecimiento Activo han continuado trabajando. Durante el confinamiento pusieron en marcha medidas de acompañamiento telemático a las personas socias, y en el periodo de desescalada realizaron un trabajo de rediseño y adaptación de su actividad habitual a las nuevas circunstancias sanitarias, contando para ello con las opiniones de sus usuarios.
Puri, profesora de la clase de Pintura, y Silvia, de Yoga, confirman estas medidas extra. Según Silvia, la principal diferencia es la mascarilla y la reducción de espacios y plazas. Puri garantiza que los espacios están "muy preparados" y que las normas se ciñen a las recomendadas por las autoridades sanitarias y que, pese a que "es muy distinto, tener el contacto, vernos, es importante", pues "no podemos tocarnos, pero sí mirarnos a los ojos, que los ojos hablan como la voz".
Con distancia, mascarillas o menos compañeros, pero lo importante es poder acudir porque "cuando uno se junta y expresa lo que lleva dentro es una ayuda para seguir viviendo".
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