Ni en Vigo ni en Nueva York: la Navidad está en Monte Porreiro
Por Natalia Puga & Mónica Patxot
Que las luces de Navidad te deslumbren sin que sea necesario volar hasta Nueva York o desplazarse hasta Vigo. Eso consigue, sin salir de Pontevedra, la vivienda número 24 de la calle Reino Unido de Monte Porreiro. Es la casa de Margarita González Bértola y ni las restricciones ni la incertidumbre derivadas de la pandemia de la covid-19 han impedido que vuelva a brillar con (mucha) luz propia.
Hace ya más de una década que Marga puso en marcha su particular tradición de iluminar el exterior de su vivienda. Al principio, lo hacía porque tenía dos hijas pequeñas y quería que se empapasen del espíritu de la Navidad, pero ahora que sus niñas son ya mayores de edad, sigue "por hobby" y "porque me gustan las cosas bonitas, los detalles".
El resultado no deja a nadie indiferente. Bolas, renos, estrellas, varias imágenes de Papá Noel y luces de todos los colores y tamaños ocupan todo el exterior de su casa unifamiliar. Lleva ya tantos años haciéndolo -cree que podrían ser incluso 18- que ha perdido la cuenta y es incapaz de calcular cuántas luces tiene.
Sí calcula que, además de las luces, la decoración de su casa incorpora unos 300 elementos decorativos y, desde luego, enumera las novedades de este año. Porque Marga no se conforma y, cada Navidad, aumentan la iluminación con nuevas piezas que convierten su almacén en toda una fortuna y su casa en la más iluminada de Pontevedra.
Este año ha cambiado de emplazamiento una bola hinchable de gran tamaño con Papá Noel dentro que ahora se ve a simple vista desde la carretera, ha instalado carros y una gran estrella en el balcón del piso superior de la casa y se ha estrenado con renos que mueven la cabeza.
En medio de tantas luces y decorado podrían pasar desapercibidos para ojos inexpertos, pero la casa de Marga tiene ya fans consagrados que se han dado cuenta de esas novedades sin mucha dificultad. Y es que, en los últimos años, esta vivienda de Monte Porreiro es lugar de visita obligada cada Navidad y es rara la tarde que en el exterior no se reúna una gran cantidad de personas para disfrutar de las vistas.
Los visitantes llegan del barrio y también de otras partes de Pontevedra y, si se encuentran las luces apagadas, llevan una decepción. Ocurrió esta semana. Marga salió de casa antes de la hora del encendido -suele ser sobre las 19.00 horas cada tarde- y recibió una llamada de un vecino preguntándole si le había ocurrido algo. Su marido, que sí estaba en casa, salió al exterior y había un grupo de personas esperando que le pidieron "por favor, que encendiese las luces".
Las luces de la casa de Marga se encienden, como las de la mayoría de las ciudades, en pleno puente de la Constitución; este año, el 7 de diciembre. Las personas que se acerquen a Monte Porreiro podrán disfrutarlas hasta después de Reyes, pues prevé apagarlas el 8 de enero. Además, cada día permanecen encendidas más de doce horas, entre las siete de la tarde y las 8.30 horas de la mañana, con música incluida.
Supone un mes entero de decoración que hace pensar en que su próxima factura de la luz será muy elevada. Ella asegura que no, pues el 95% son LED de bajo consumo. En todo caso, bromea ya con todas las personas que comparan su casa con la famosa iluminación de Navidad de Vigo y con que seria la vivienda en la que querría vivir Abel Caballero. "El gasto, si Abel Caballero quiere colaborar, no hay problema", dice entre risas.
La comparación con Vigo y su alcalde ya resulta habitual y ella siempre responde con humor. El año pasado bromeó con que Abel Caballero se picó con ella, pues ella empezó muchos años antes que él. Este año, a preguntas de PontevedraViva, insistió en aclarar que su trabajo tiene más mérito, pues "lo de Vigo es una cosa municipal, y esto es particular".
Detrás de este espectacular resultado hay muchas horas de trabajo. Este año comenzó sobre el 10 de noviembre y terminó el 7 de diciembre, dedicándole todos los ratos libres que le dejaban sus ocupaciones laborales. Es un trabajo que, además, realiza prácticamente sola: "el 99% lo hago yo y el 1% ayuda mi marido, los detalles más pequeños".
Tampoco es desdeñable la inversión, pues son muchos años comprando luces, decoración, enchufes, ladrones, cables... Pero ella asume el gastos con gusto, pues le encanta la Navidad y esta es su forma de celebrarla. No solo se auto regala un hobby, también regala selfies navideños e ilusión a todos los que se acercan a Monte Porreiro.
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