El atracador de los supermercados ingresa en prisión por once asaltos
Por Natalia Puga
El atracador que durante las últimas semanas sembró el pánico por supermercados y otros establecimientos comerciales de Pontevedra y Marín ya está en prisión tras su llamativa detención en la noche del miércoles en la Finca del Teucro, que utilizaba como guarida. E.G.S., vecino de Marín de 39 años, tenía ya múltiples antecedentes policiales previos y ahora se le han atribuido once nuevos asaltos cometidos entre el 31 de julio y el 7 de septiembre en Pontevedra, Marín y Ourense.
No todos fueron locales e alimentación, sino otro tipo de negocios, y en todos actuó con la cara tapada y armado. En siete iba armado con una pistola simulada, en uno llevaba un cútter, en otro un punzón, en otro un cuchillo de 12 centímetros y en otro un objeto contundente no identificado aún.
Según han confirmado fuentes de la investigación, el detenido reconoció estos once robos con intimidación durante su declaración en la Comisaría de la Policía Nacional y día y medio después de su detención fue puesto a disposición del Juzgado de Instrucción número 3 de Pontevedra sobre las 17.00 horas y a primera hora de la noche fue conducido a la prisión de A Lama. Ha negado expresamente ser el autor de un asalto a una pontevedresa en la calle y de otro en un establecimiento 24 horas de Poio.
E.G.S. fue arrestado sobre las 20.50 horas del miércoles 11 de septiembre gracias a la colaboración de dos vecinos que se encontraban en la avenida de Uruguay y le vieron acceder a la Finca del Teucro. Aunque intentó huir, la Policía ya le tenía acorralado, los agentes le persiguieron y consiguieron arrestarle y llevarle a la Comisaría.
En la calle Ramón Otero Pedrayo golpeó a una empleada en la cabeza con un objeto contundente
La investigación para localizar a este atracador comenzó en Pontevedra el 12 de agosto, pero entre los robos que se le atribuyen figura alguno previo que reconoció haber cometido en Ourense. Este primer asalto pontevedrés se produjo en la panadería La Seca de la calle Augusto González Besada de Pontevedra, donde entró con la cara tapada, amenazó a la empleada con una pistola y se levó 330 euros de la caja registradora.
Ocho días después, el 20 de agosto, de nuevo con la cara tapada y armado con una pistola, encañonó a la empleada de un supermercado Día de la calle Echegaray y se llevó dinero. En los dos días siguientes cometió sendos atracos con el mismo modus operandi: el 21 de agosto en un supermercado Moldes de la calle Bélgica de Monte Porreiro y el 23 en un Día de la calle Landín Pazos de Marín del que se llevó 245 euros.
Tardó diez días en volver a actuar. Lo hizo el 4 de septiembre con un robo con violencia en un establecimiento hostelero de la calle Ramón Otero Pedrayo de Pontevedra. Entró detrás de una empleada, la golpeó en la cabeza con un objeto contundente y se apoderó de 416 euros del interior de la caja registradora.
Al dia , 5 de septiembre, se le atribuye un robo con violencia en un supermercado Día de la avenida de Vigo de Pontevedra donde, tras empujar y colocar un punzón en la cintura de una de las cajeras, se apoderó de 222 euros.
El primer asalto fue el 31 de julio en un estanco de Ourense y el último el 7 de septiembre en uno de Marín
El 7 de septiembre volvió actuar en Marín, en esta ocasión, en un estanco de la Rúa do Sol, donde, tras esgrimir un cútter y amenazar a la cajera, se apoderó de 1.458.06 euros que había en la caja registradora y tres cajetillas de tabaco.
Las investigaciones han permitido atribuirle tres robos con intimidación en la ciudad de Ourense en tres semanas, dos previos a actuar en Pontevedra y otros dos simultaneando ambas provincias. El primero fue el 31 de julio en un estanco del que se llevó 300 euros y 50 cajetillas de tabaco, todo ello tras amenazar a la víctima con una arma blanca de 12 centímetros de hoja.
El 7 de agosto reconoció haber cometido un robo con intimidación en una frutería en el que, tras intimidar a la empleada con una pistola, sustrajo el dinero en efectivo de la de la recaudación, 150 euros, la empujó y la encerró en la trastienda. El 15 de agosto, en un descanso de sus asaltos pontevedreses, accedió a un comercio con la cara tapada con un pañuelo amenazó a la empleada con una pistola y la obligó a entregarle toda la recaudación, 600 euros.
El último asalto ourensano se remonta al 23 de agosto y se produjo en un establecimiento de compraventa de oro en el que amenazó al empleado con una pistola, se la colocó en un costado y le obligó a entregarlo todo lo que había en la caja en esos momentos, 2.500 euros.