La hostelería palia la falta de hielo con la compra de máquinas para fabricar cubitos
Por Manu Otero & Cristina Saiz
La crisis de suministros no da tregua. Falta de semiconductores, escasez de vidrio, subida del precio de la luz y el combustible, huelga del transporte... Y ahora carestía de hielo. Un bien de primera necesidad para un sector como el de la hostelería, y mucho más en estas fechas de verano, turismo y fiestas como las de A Peregrina o Feira Franca; que disparan la demanda de cubitos.
La subida del precio de la luz, pero también en parte la sequía, es la principal responsable de esta situación. "Cuando fue la subida del precio de la luz dejaron de fabricar. Y ahora se encuentran con que llegó el verano con mucho calor y todo el mundo tiene mucha demanda de hielo", relata Iván Parada, gerente del pub Bazaar en la Praza do Teucro, la explicación que le dio su proveedor habitual para explicarle por qué no podría servirle mercancía en estas fechas tan importantes para el sector.
"La faena es para nosotros porque nos coincide en fiestas pero el resto de España tiene los mismos problemas. No es a nivel local, es a nivel nacional. Ahora tenemos que intentar poner solución por nosotros mismos", señala.
Y el remedio que encontraron la mayor parte de los hosteleros y que pudo verse a lo largo de esta semana con un corto paseo por el centro histórico, con numerosas furgonetas descargando bultos en los bares, fue el de la adquisición de sus propias máquinas fabricadoras de hielo. "Había dos opciones, o buscas soluciones o cierras porque sin hielo no tienes forma de trabajar", argumenta Parada.
De este cambio de tendencia, de comprar paquetes de hielo a máquinas para producirlo, es testigo directo Antonio Taboada, propietario de la empresa Maquinaria Taboada, quien lleva quince días recibiendo numerosas llamadas solicitando información sobre estos equipos industriales. "Antes, de cada veinte llamadas que recibíamos, una podía ser sobre un fabricador de hielo. Desde hace quince días, diez de cada veinte llamadas son sobre fabricadores de hielo", reconoce.
Aun así, el empresario niega que tenga una avalancha de pedidos. "No es que sea un montón, es que pasamos de no vender nada a vender algo", puntualiza. Sin embargo, la mayor parte de las peticiones están más relacionadas con las reparaciones que con las ventas. "Muchos hosteleros ya tenían máquinas de este tipo, pero como les era más rentable comprarlo que producirlo dejaron de utilizarlas y ahora nos llaman para repararlas porque las necesitan", explica el dueño de una firma ubicada en la calle Francisco Asorey de Pontevedra.
Asegura el empresario que el uso de este tipo de máquinas, valoradas entre los 1.500 y 3.500 euros, puede ser una solución ideal y duradera para el sector si la escasez de hielo se alarga. "No tiene un consumo de luz elevado y puede producir en un día hasta 100 kilos de hielo, que es una cifra considerable", detalla Taboada. No obstante, para alcanzar ese rendimiento la máquina debe estar en óptimas condiciones y en un lugar adecuado porque "si no está bien cuidada o está cerca de una fuente de calor, su producción cae a la mitad".
Es por este matiz, por el que los hosteleros no las tienen todas consigo a la hora de asegurar el suministro para este largo fin de semana de inicio de las fiestas de A Peregrina. "El hielo que consiga no me va a llegar a mucho. Tendremos que racionarlo un poco el viernes y el sábado para que nos llegue hasta el domingo", puntualiza Parada, en cuyo local ya contaban antes con una fabricadora y un arcón para el almacenamiento, capacidad que ahora han doblado.
Temen los hosteleros que el problema se enquiste porque las fábricas, que distribuyen a nivel nacional, siguen sin ser capaces de llenar sus almacenes y la mercancía que van produciendo se la llevan los clientes más grandes. Además, la sequía y las restricciones al consumo de agua están afectando también a este tipo de negocios, por lo que la falta de suministros se mantendrá con total seguridad hasta el final del verano.
Y por si fuera poco, en el horizonte asoma una nueva crisis: las distribuidoras están dejando de embotellar por falta de vidrio para producir botellas. "Algunas marcas de refrescos y cervezas con las que trabajamos están dejando de embotellar algunos de sus productos. Y también hay falta de agua, tuvimos que cambiar de marca porque la que nos la servía ahora mismo no embotella", avanza el hostelero.
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