La Audiencia ampara la actuación de dos policías acusados de detención ilegal y multa a uno por maltrato a un detenido
Por Natalia Puga
La Audiencia Provincial de Pontevedra ampara en una sentencia la actuación de dos policías de la ciudad juzgados la semana pasada por por detención ilegal y falsedad en documento oficial por presuntamente detener sin motivo a un joven y mentir en el atestado sobre el arresto.
La sección cuarta de la Audiencia Provincial de Pontevedra absuelve a los dos policías de estos dos delitos, si bien acaba condenando a uno de ellos por un delito leve por golpear a un detenido y llevarlo a rastras hasta los calabozos.
Los dos policías se enfrentaban inicialmente a siete años de prisión, luego la Fiscalía redujo su petición a cuatro años de prisión y 12 meses de multa a 9 euros diarios (3.240 euros) y ahora la Audiencia acaba condenando tan solo a uno de ellos al pago de una multa de 360 euros por un delito leve de maltrato de obra, con la concurrencia de la circunstancia agravante de prevalimiento del carácter público.
Los hechos que originaron esta causa ocurrieron en la madrugada del 12 de marzo de 2022. Sobre las tres de la madrugada, dos policías denunciaron por la vía administrativa a cuatro jóvenes que estaban realizando pintadas en una fachada de la calle Rosalía de Castro. El joven que en este juicio figura como víctima estaba en esa actuación inicial, identificado con un spray de pintura y una botella de cerveza en la mano. Poco después, acudió a la Comisaría y, sobre las 3.45 horas, ocurrieron los hechos por los que los policías acabaron absueltos y uno de ellos condenado.
Las magistradas de la sección cuarta consideran probado que este joven llegó a la Comisaría y le atendió el primer agente, que estaba uniformado y de servicio haciendo funciones de seguridad en la garita de la entrada. Le expuso "de manera reiterada e insistente sus quejas por la actuación policial precedente" diciéndole que le habían hecho daño en un brazo y que le habían causado daños en el pantalón y en las zapatillas. Pedía que le abonasen todos los daños.
Según recoge la sentencia, el agente le explicó que si quería denunciar que acudiese primero al médico, pero él se negó. El agente le pidió que abandonase las dependencias policiales y le acompañó hasta la puerta. En ese momento, propinó una fuerte patada a la puerta de entrada de Comisaría, abriéndose ésta con violencia, y seguidamente dio un gran portazo al salir.
El agente salió tras él, lo agarró y lo introdujo de nuevo en Comisaría, para recriminarle la acción Cuando le llevaba hacia la puerta de nuevo, cogió impulso hacia atrás, volvió a dar una fuerte patada a la puerta para abrirla haciendo que el agente que iba detrás de él se desequilibrara.
Ese agente y un compañero que presenció la acción salieron tras él, lo cogieron en la calle entre los dos y lo volvieron a introducir en Comisaría. Ya dentro, se revolvió e intentó agredir al segundo agente, que lo esquivó y redujo, comunicándole que estaba detenido por atentado y resistencia a agentes de la autoridad. El detenido empezó a insultarles y a decir: "hijos de puta, os voy a matar".
El segundo agente lo llevó a los calabozos y ahí cometió el delito por el que fue condenado, ante la "continuada reiteración" de los insultos y amenazas del detenido, que insistía en decir "hijo de puta, te voy a matar". Según la sentencia, "le aproximó a una pared, lo giró y le propinó un golpe en el hombro izquierdo que le hizo caer al suelo, llevándole, a continuación, a rastras hasta la zona de precalabozos, donde le ayudó a levantarse".
No consta que sufriese daños.
La sentencia no es firme, pues contra ella cabe presentar recurso ante el TSXG.