Jacobo Mesías
Tirón de orejas a la Federación Gallega de Ciclismo
Hace unos días, un compañero de grupo me llamó para comentarme un pequeño incidente que había tenido mientras entrenaba en bicicleta. Según parece, hizo un "afilador" circulando en grupo y se fue al suelo con tan mala suerte que en la caída tiró a otro compañero y dañó su bicicleta. Vamos, gajes del oficio.
El caso es que ambos implicados son consolidados ciclistas amateur adscritos a la federación gallega, esto es, pagan religiosamente una licencia anual que, como los buenos vinos, sube de precio con el paso de los años.
Entre los escasos beneficios que reporta la federación a sus socios está el seguro de responsabilidad civil federativo, por aquello de tener cubiertos los daños que se causen a terceros en caso de siniestro en bicicleta.
Siendo ese el caso, los compañeros decidieron ponerse en contacto con la federación al objeto de que fuese el seguro federativo quien se hiciese cargo de los daños materiales (como dije, en la caída se dañó una bicicleta). Es decir, exactamente lo mismo que habría hecho cualquier conductor de automóvil o de motocicleta con su seguro si fuese el causante del siniestro.
Y aquí es donde viene la sorpresa… Desde la aseguradora (Generali) rehusaron la cobertura porque, según parece, la póliza federativa tiene un "ANEXO I" que excluye los daños que sufren los socios mientras entrenan.
Suena surrealista, pero realmente es así. La cláusula en cuestión dice a la letra: "Este seguro no garantiza las reclamaciones por (…) los daños sufridos por los socios y federados u otros terceros participantes en la realización de actividades deportivas, competiciones, pruebas o entrenamientos".
Esta exclusión entraría en juego en otros muchos supuestos "cotidianos": si un ciclista federado arrolla a otro en una intersección; si provoca la caída de un pelotón de ciclistas también federados; o incluso en la montaña, si atropella a otro en un remonte. Todos ellos son ejemplos de accidentes que suceden día a día.
El lector podría pensar que los implicados conocían los términos de la póliza al federarse, así que sabía a qué atenerse, pero resulta que no. Tal como he dicho, esa exclusión se recoge en un anexo a la póliza, y la federación prefiere no hacerlo público en el apartado correspondiente de su web, como sí hacen con el documento principal.
De hecho, después de la reclamación han decidido publicarlo en la zona privada de la sede electrónica (que no en la web general), por lo que los federados ahora sí pueden consultarlo por esa vía, aunque no así los nuevos socios, que solo tendrán acceso a ese espacio después de haber pagado su licencia.
En definitiva, en esta tesitura, cabría preguntarse por qué la federación contrata un seguro que deja tan sumamente desamparados a sus socios ¿Solo importa recaudar?