La hermana de dos empresarios condenados por un fraude de gasóleo reconoce otra estafa similar
Por Natalia Puga & Mónica Patxot
La pontevedresa Mónica C.G. ha reconocido este martes una estafa continuada en la compra de gasóleo que cometió como administradora de una empresa de transportes de Pontevedra.La mujer asumió cumplir tres años, seis meses y un día de prisión y pagar una multa de 813 euros como única responsable de un delito por el que inicialmente había tres acusados.
La mujer debía ser juzgada este martes en la sección segunda de la Audiencia Provincial de Pontevedra, pero finalmente alcanzó un acuerdo de conformidad con la Fiscalía que evitó la celebración del juicio. En virtud de este acuerdo, reconoció los hechos de los que la acusaban y asumió cumplir la citada condena.
Esta mujer llegó a la Audiencia Provincial custodiada por la Policía Nacional porque está cumpliendo una condena de prisión por otro proceso judicial. Ya fue condenada en el pasado a dos años de prisión por un delito de estafa agravada.
Además, se da la circunstancia de que es hermana de dos empresarios que en el año 2015 fueron condenados por la Audiencia por un macro fraude de gasóleo, en una sentencia ya confirmada por el Tribunal Supremo.
La acusación se dirigía inicialmente contra dos personas físicas y una jurídica, una empresa de transportes de San André de Xeve que ahora está en liquidación y en la que fueron administradores tanto la acusada ahora condenada como el otro procesado ahora absuelto.
Tras el acuerdo de este martes, el otro acusado resultó absuelto porque le retiraron la acusación al considerarlo "inimputable" por un informe psiquiátrico.
Se da la circunstancia de que este hombre había sido condenado por el mismo macro fraude de gasóleo que los hermanos de Mónica C.G.. Se trata de J.A.C., antiguo funcionario del Servicio de Vigilancia Aduanera.
En cuanto a la sociedad desde la que se cometió la estafa, se retiró la acusación como persona jurídica, pero va a ser condenada como partícipe a título lucrativo.
En esta causa que ha acabado en condena en la Audiencia este martes, la acusada reconoció, siendo administradora de la sociedad en cuestión, dedicada al transporte de mercancías por carretera, realizó tres pedidos de 64.000, 64.000 y 96.000 litros de combustible, el vendedor le dispuso la entrega de los pedidos porque le envió un justificante de transferencia, pero justo después de recibirlo, ella anuló el pago.
La acusada actuó de la misma forma en los tres pedidos, realizados en tres diías consecutivos de noviembre de 2016, valorados en 56.514,94, 56.566,05 y 85.205,85 euros. La Fiscalía sostiene que " en ningún caso tenía intención de pagar la cantidad exigida por la compra del gasóleo".
Pese a que llegó a nombrarse también administrador al otro acusado ahora absuelto, tan solo aceptó el cargo con el único objeto de permitir que fuese ejercido por Mónica C.G., que pasó a administrar de hecho la sociedad, asumiendo ella misma todas las decisiones de la empresa y el control de la misma. El otro administrador le otorgó un poder por el que le confería facultades de administración, cobros y pagos, actos de disposición comercio y sociedades, negociación de títulos valores y práctica bancaria y en general cuantas facultades son precisas para la dirección efectiva de la sociedad.
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