Marín, una villa marinera sumida en la "tristeza más absoluta"
Con la respiración contenida. Así viven desde hace horas los habitantes de Marín. No hay nadie en este municipio pontevedrés al no se le haya helado la sangre con el naufragio del "Villa de Pitanxo".
Todas las conversaciones giran sobre el barco hundido en aguas de Terranova (Canadá) y, sobre todo, acerca de la desolación que deja en un lugar que, a pesar de estar habituados a las trágicas embestidas del mar, "algo como esto no lo habíamos vivido jamás".
"Es un golpe muy duro", relata Carmen, vecina de uno de los marineros desaparecidos en el naufragio, que relata como "aquí somos todos gente de mar y sabemos que es muy bravo", pero añade que este último naufragio "es una desesperación para todo el pueblo".
Pocas familias de Marín no tienen vinculación con el mar "y nos conocemos todos", señala Antonio, exmarinero al que este naufragio le ha traído "los peores recuerdos", especialmente porque con 24 naufragados "todos tenemos a alguien muy cercano metido en esto".
Manuel es una de esas personas. "Yo conozco a cuatro de los marineros", explica a PontevedraViva, en concreto al segundo de máquinas, a dos marineros y al cocinero, todos ellos "buena gente", entre 30 y 40 años y que estaba "muy preparada" para ir al mar.
"Estamos todos muy afectados", señala este marinero, que tuvo que dejar el mar por un accidente y que reflexiona que "esta profesión es así, nunca sabes lo que te puede pasar".
Hasta la casa armadora, además de amigos y familiares de los marineros enrolados en el "Villa de Pitanxo", también se ha acercado el pastor de la iglesia evangélica a la que acudía Samuel, uno de los tripulantes, que, resignado, denuncia que la información "llega muy lento".
Aunque la identidad de la mayor parte de los marineros aun no ha trascendido, en Marín todos saben ya quiénes se embarcaron en esta travesía, por lo que la consternación es absoluta. "Es muy buena gente, siempre nos está ayudando", recuerda Wilson, amigo de uno de los tripulantes.
Todos en Marín esperan que las labores de rescate que todavía se están desplegando en la zona puedan dar con el paradero de todos los tripulantes del barco aunque, conocedores como son de la mar, saben que no será fácil. "Ojalá todos puedan volver a Marín", sentencian unos y otros.
La propia alcaldesa de Marín, María Ramallo, recuerda que hay 24 familias "que están intranquilas" a las que "no podemos aún darles una información más certera".
En este pueblo "yo no recuerdo nada semejante", ha señalado la regidora, que se ha emocionado al destacar el "inmenso dolor" que trae este naufragio a una localidad que vive hoy un "día tristísimo" que, a buen seguro, no podrán olvidar jamás.
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