Un radar móvil controlará la velocidad en zonas "sensibles" de la ciudad durante quince días
Cinco años después de la implantación de la zona 30 en toda la ciudad, el Concello de Pontevedra asegura que las estadísticas de seguridad vial avalan que las medidas adoptadas para el calmado de tráfico "deron resultado". Pero la Policía Local ha detectado, en los últimos meses, cierta "relaxación" en un porcentaje de conductores "suficientemente significativo", según Daniel Macenlle, como para tomar cartas en el asunto.
Así, la Policía Local llevará a cabo, entre el 28 de septiembre y el 12 de octubre, una nueva campaña de control de velocidad en las vías municipales. El objetivo es concienciar a aquellos conductores que "non fan caso ao límite de velocidade" y ponen en riesgo la vida de peatones, ciclistas y motociclistas "que a velocidade mata".
Para ello, un radar móvil cedido por la Dirección General de Tráfico (DGT) controlará de forma aleatoria zonas "sensibles" de la ciudad y que preocupan de una forma especial a los responsables municipales. Son viales en los que se han detectado, mediante diferentes estudios, un mayor grado de incumplimientos en esta materia como la avenida de Compostela, los accesos a Monte Porreiro, las Corbaceiras, Rosalía de Castro o la subida a Montecelo.
En este sentido, el intendente de la Policía Local puso como la avenida de Compostela como ejemplo de una "intervención necesaria". Casi siete de cada diez vehículos superan los 70 kilómetros por hora y se han llegado a detectar velocidades máximas de 160 kilómetros en los carriles de entrada y de 152 kilómetros en los de salida. O el vial que pasa por delante de Montecelo con 16 casos al día que circulan a velocidades de más de 70 kilómetros por hora.
En todo caso, la concejala de Seguridad Ciudadana, Carme da Silva, señaló que esta campaña no se pone en marcha con un objetivo recaudatorio, sino para tener información actualizada del comportamiento de los conductores y de "advertir e facer un chamamento ao respecto dunha norma que salva vidas". Tanto ella como Macenlle aseguraron, en este sentido, que las sanciones "non salvan vidas"
Carme da Silva, además, quiso poner en valor las diferencias que se aprecian en la circulación rodada de Pontevedra desde la implantación de las medidas de calmado de tráfico. Para ello, se fijó en una de las calles en las que recientemente se han aplicado: Rafael Areses. Antes, el 98,6% de los vehículos superaban los 30 km/h y 122 de los 8.044 aforados iban por encima de los setenta. Ahora, solo un 1,76% incumple la zona 30 y ninguno llega a los 70 km/h.
La conclusión, dijo, es que la construcción de lombos y las medidas de calmado de tráfico han reducido de 50 a 26 kilómetros la velocidad media en dicha calle, algo que ayuda a que la mortalidad en las carreteras de la ciudad siga siendo cero porque "a 50 km/h os atropelos son mortais na metade dos casos e a 70 km no 100%, mentres que a 30 baixa a un 5%, que é case como dicir que é cuestión de mala sorte".
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